Ante las quejas de vecinos de Bordo Blanco en Tequisquiapan que advierten que el agua que corre por el río San Juan puede estar contaminada y ésta sería la causa de la muerte de cientos de aves, el director de la Junta de Agua Potable y Alcantarillado Municipal de San Juan del Río (JAPAM), Francisco Chan, garantizó que el organismo vigila que las descargas residuales deriven al sistema de alcantarillado.

Agregó que estas aguas son tratadas en la planta San Pedro II y reconoció que otras empresas realizan sus descargas al afluente; sin embargo, compete a la federación revisar la calidad del agua.

El municipio tiene la custodia del río San Juan a lo largo de 11 kilómetros, cuya zona comprende la que recientemente fue rescatada con creación de andadores y zonas de esparcimiento a los largo del afluente.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Industriales sanjuanenses, Agustín Lozada Roldán, aseguró que el sector empresarial se encuentra abierto a cualquier revisión que instancias federales pretendan realizar a las descargas de agua y garantizó el tratamiento adecuado.

Lozada Roldán no descartó que el río San Juan pueda verse afectado por descargas clandestinas o incluso por las de drenajes domiciliarios, pero reiteró que las empresas afiliadas a la asociación cumplen con los estándares de tratamiento exigidos por las normas ambientales.

“El sector industrial está dispuesto a que se realicen las revisiones que sean necesarias, estamos cumpliendo con el saneamiento de nuestras aguas, pero es importante que se revise, puede haber descargas domiciliarias en el río, o alguna clandestina”, insistió el funcionario.

Registro

En octubre habitantes de la comunidad de Guadalupe de las Peñas denunciaron la muerte masiva de peces en un bordo localizado a unos metros de un canal derivador de agua industrial tratada.

El agua de dicho canal se descargaba hacia el bordo, por lo que los vecinos de la zona dijeron que la muerte de los peces se debía a un tratamiento deficiente de esta descarga, que por muchos años ha sido empleada por los lugareños para el riego de jardines o de forraje, debido a la calidad del líquido.

Hace un par de semanas aves y patos, principalmente, comenzaron a morir en la comunidad de Bordo Blanco, en Tequisquiapan, justo a unos metros del río San Juan, a la altura de la presa Centenario.

De igual forma, los vecinos de la zona consideraron que la muerte se debía a que los peces y aves consumían agua de ese lugar, que contaba con un aspecto verdoso poco común, por lo que supusieron que se trataba de descargas industriales.

Pese a estas contingencias, ni la Comisión Nacional del Agua ni la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente o la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales han acudido a revisar el estado del agua en el afluente ni han tenido acercamiento reciente con las empresas, aseguró el presidente de la Asociación de Industriales.

Luego de que el alcalde de Tequisquiapan responsabilizara a la industria sanjuanense de la contaminación del río San Juan, Lozada Roldán consideró urgente una revisión a las aguas del afluente para corroborar que el sector ha cumplido.

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