La Dirección de Ecología del municipio capitalino llevó a cabo la clausura del equipo de sonido del establecimiento La Pirinola, ubicado en el Centro Histórico, por presentar altos niveles de decibeles lo que produce contaminación ambiental, informó su titular César Chávez Nava.

Explicó que la clausura se da por la reincidencia en las altas emisiones de ruido. Destacó que en caso de que los empresarios busquen otros equipos para producir ruido podrían ser canceladas sus licencias de funcionamiento.

“Tenemos de manera recurrente la solicitud ciudadana de que se regulen las emisiones de ruido”, aseguró Chávez Nava.

Dijo que al momento se han fincado sanciones económicas a siete establecimientos, cinco de ellos por contar con una cantidad mayor de ruido de lo permitido. Dichas sanciones han llego a los 500 mil pesos, informó Chávez Nava, quien agregó que al momento se tienen cuatro procedimientos de revisión.

Explicó que en aquellos casos en que algún empresario tiene una sanción en su contra por haber excedido los niveles de audio permitidos y reinciden, se aplicará la clausura de su equipo de sonido.

Con esto, aunque podrán abrir su negocio de manera continua, no podrán colocar algún tipo de ambientación musical o algún sonido hasta que no presenten un plan para aminorar los altos decibeles.

“Ellos tendrán que presentar un plan de trabajo para aminorar las altas cantidades de ruido producidas y después valoraremos, si quitamos la clausura”, expresó.

Actualmente el municipio de Querétaro regula las emisiones de ruido en antros, bares y restaurantes gracias a que cuentan con dos sonómetros, que son los instrumentos utilizados para medir el número de desniveles que presenta una de estas negociaciones por los sonidos generados, informó Chávez Nava.

Agregó que de acuerdo con la norma 081 de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la cantidad de decibeles permitidos son 68 de las seis a las 10 de la noche y 65 de las 10 de la noche a las seis de la mañana; en caso de sobrepasar este rango las multas podrían llegar hasta los mil 200 salarios mínimos.

Chávez Nava señaló que las revisiones se llevan a cabo exclusivamente con el sonómetro, mismo que está conectado a una impresora de bolsillo donde se imprime de manera inmediata el nivel de decibeles para evitar algún tipo de duda entre el quejoso y el titular del comercio —generador de ruido— a la hora de dar a conocer los resultados.

“El sonómetro hace la medición y en ese instante arroja un resultado impreso para evitar que se diga que se manipula la información. El resultado se verifica con la norma 081 de la Semarnat que indica los decibeles permitidos”, expresó.

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