“Mi papá admiraba a los maestros, los idealizaba, por eso me animé a ser profesor rural” afirma Valente Morales Trejo, quien desde hace 23 años dedica su vida al servicio de los pequeños de la Sierra Gorda.

“No es fácil ser maestro, cuando estas en el campo laboral es de lo más complicado, porque trabajamos con seres humanos, mi padre quería que yo fuera alguien en la vida, estudie en el Meche de Hidalgo, ahí se nos dio una formación muy fuerte, yo diría hasta de disidentes, la normal cambio mi vida y la forma de verla”, dijo el docente.

De extracción humilde, el profesor Valente costeó sus estudios trabajando de lo que fuera, y cuando egresó de la Escuela Normal superior le tocó ver la construcción de la carretera, ahí en la comunidad del Madroño de Jalpan, donde tuvo su primera experiencia laboral.

“En la escuela te forman de una manera, pero cuando llegas frente a un grupo y ves a los niños descalzos, con hambre, con desintegración familiar y con un sinfín de problemas, es cuando tomas la decisión de ser su amigo y compañero, es ahí donde te tiembla la voz y las palabras no te salen, es cuando te comprometes más con tu país y con esta noble profesión que yo amo profundamente”, menciona.

Cercano a la jubilación , Valente Morales es conocido en la Sierra Gorda por lograr motivar a “chicos problema”, pues sabe escucharlos y educarlos; quizás muchos de ellos ven en su profesor a una figura paterna que lamentablemente por la migración a la Unión Americana, no se tiene en la zona.

El profesor Valente Morales cree firmemente que el presente de nuestro país se encuentra en el proceso formativo de los primeros años de los niños. “Lo que dejemos en ellos marcará el rumbo de su vida”, concluyó.

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