Metrópoli

La historia en templos

La historia en templos
15/03/2015 |00:26
Redacción Querétaro
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C aminar por las calles de Querétaro es toda una experiencia tanto para propios como extraños. Al observar con detalle se puede apreciar la arquitectura que caracteriza a algunas de sus construcciones más significativas, tal es el caso de los templos de arquitectura barroca.

Muchas de estas construcciones religiosas permanecen como fieles testigos de la historia de la capital.

Entre ellas se encuentra la Catedral de Querétaro, fue construida por la orden felipense a principios del siglo 19 y consagrada por don Miguel Hidalgo y Costilla y muestra la transición del barroco al neoclásico mezclando elementos tales como tezontle y compleja piedra roja que caracteriza su fachada.

La catedral obtuvo su título de manos del papa Benedicto 15 en 1921, quien recibió la solicitud por parte del obispo Francisco Banegas y Galván.

Otra edificación es la Iglesia de Santa Clara, templo que a expensas de don Diego de Tapia, hijo de Don Fernando (Conín), fundador de la ciudad de Querétaro, se construyó en 1606 para dar asilo a la vocación religiosa de su hija.

En su interior se pueden apreciar hermosos retablos tallados, y el coro desde donde las monjas asistían a los oficios, el cual se encuentra separado del resto del conjunto por una reja.

Durante la Colonia fue uno de los conventos más grandes e importantes de la Nueva España, pero en la actualidad sólo quedan la iglesia y un pequeño anexo, ya que buena parte de él fue destruido durante la guerra de Reforma. Cuando se inició la guerra de Independencia sirvió de prisión a doña Josefa Ortiz de Domínguez.

Por otra parte, el Templo de Santa Rosa de Viterbom fue concluido en 1752 y muestra el máximo esplendor que alcanzó el barroco en Querétaro. En la fachada se pueden apreciar los portales gemelos característicos de los conventos de monjas.

Esta obra arquitectónica es en gran parte del reconocido arquitecto queretano Francisco Martínez. A don Ignacio Mariano de las Casas se le atribuye el reloj (torre) y el órgano del coro bajo, en donde estampó su firma.

Otro pilar es el Templo y ex Convento de San Agustín, el conjunto arquitectónico es el más original y el de mayor expresión artística que los agustinos edificaron. La primera piedra se colocó en 1731 y su construcción se terminó en 1745, año en que se bendijo y consagró por el arzobispo de México Juan Antonio de Vizarrón y Eguiarreta. El Claustro del ex convento actualmente alberga al Museo de Arte de Querétaro.

Todos estos recintos hacen de Querétaro un destino ideal para el turismo religioso.

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