Metrópoli

Qrobús realiza primeras pruebas con pasajeros

Alejandro López Franco muestra a los alumnos de la primaria Félix Osores las ventajas del nuevo transporte

El director del IQT aseguró que el nuevo transporte será más seguro porque los choferes de las unidades ya no manejarán dinero en efectivo al cobrar sólo con tarjetas. (DEMIAN CHÁVEZ)
14/10/2017 |02:40
Domingo Valdez
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La mañana de ayer, fue diferente para el director general del Instituto Queretano del Transporte (IQT), Alejandro López Franco, recibió a los alumnos de la escuela primaria Félix Osores, quienes conocieron el nuevo sistema de transporte Qrobús.

Los primeros en llegar son los representantes de la Unidad de Servicios a la Educación Básica de Querétaro (Usebeq), quienes explican que el propósito de la dinámica es presentar a los niños las bondades del Qrobús, cómo ser más sustentable, evitar la contaminación, apoyar a una mejor movilidad, disminuir los atascos viales, así como ser el primer paso a la modernización del transporte público del estado.

A la distancia se ven llegar dos unidades del Qrobús. Su color blanco y sus dibujos en los costados llaman la atención de los automovilistas, quienes los voltean a ver con curiosidad. Muchos aprovechan la luz roja del semáforo para tomar una foto con su teléfono móvil.

Por las ventanillas se asoman las caras de los alumnos de la escuela, la mayoría con una sonrisa. Vienen acompañados de algunos padres de familia y sus maestras. Llegan a la estación Carretas, donde estaba pactada la dinámica a las 8:00 horas. Todo se retrasa unos minutos, pero no importa, nadie está molesto.

La representante de la Usebeq, mujer de mediana edad y figura esbelta, recibe a los niños y adultos que llegan a la estación.

Intercambia saludos con las maestras y padres de familia, y pide que posen para una fotografía, con los autobuses de fondo. Los niños se forman y muestran su mejor sonrisa a la lente de la funcionaria.

La visita a la estación Carretas del Qrobús comienza con la explicación sobre el funcionamiento de los módulos expendedores de la tarjeta, un funcionario explica el proceso y costo de la misma y del pasaje.

López Franco arriba al lugar y se encarga de explicar el funcionamiento de la estación, con sus puertas automáticas, vigilancia con cámaras y recargaderas, para evitar que los usuarios rompan un vidrio si recargan su peso en los mismos.

Ante los alumnos de sexto año de la Primaria Félix Osores, el funcionario estatal explica las bondades del sistema de transporte, como la reducción del tránsito vehicular, con la consecuente disminución de la contaminación del aire, la rapidez del traslado y la practicidad.

Cuando López Franco pregunta algo, más de dos manos se levantan para responder. “Para qué creen que sirva un transporte así”. Los niños responden de distintas maneras, todas correctas, porque los beneficios son muchos.

Incluso las mamás de los pequeños se atreven a preguntar, ante la mirada satisfecha de las “maestras”, orgullosas de la participación de sus educandos.

“Que se beneficien muchas personas, en lugar de una sola. Si volteamos a ver [a los coches] en ese van dos personas, en ese una, en ese otra persona, y ocupamos mucho espacio, se genera mucho tráfico. En un autobús pueden viajar hasta 90”, apunta.

Un tema que preocupa a las mamás es el costo del servicio y qué pasará con las tarjetas del malogrado sistema Red Q, no saben si serán válidas.

El funcionario estatal les aclara que seguirán funcionando, y que esta forma de cobrar evita que los choferes caigan en la tentación de tomar dinero y que sufran asaltos, al no manejar efectivo.

Les dice que también el servicio se verá mejorado porque al ser operado por una sola empresa las unidades no tienen que competir y no pelearán el pasaje.

López Franco apunta, ante la duda de una madre de familia, si las personas con discapacidad pueden tener acceso a las instalaciones, responde que el transporte es amigable para todos.

Agrega que el tiempo de abordaje de las unidades es de 50 segundos, pero de ser necesario se puede prolongar un poco más, para que puedan subir todos los usuarios de manera segura.

Llama la atención de los presentes que, a diferencia de algunos sistemas de transporte similar, las personas con discapacidad deban pagar su pasaje. Se explica que su acceso a las estaciones será por la puerta de cortesía, donde el vigilante debe estar atento para abrirla a quienes, por su movilidad, necesiten pasar por ahí.

El titular del IQT, convertido por unos minutos en maestro, apunta que el servicio también se podrá pagar en viaje único, ya que habrá muchas personas, porque no usan frecuentemente el transporte o para quienes vienen de otra ciudad, se venderán boletos para un viaje.

Los niños escuchan atentos las explicaciones, mientras más de una madre de familia graba toda la “clase”, para presumirla después entre sus amistades.

Contrario a lo que se pudiera pensar, los niños lucen ordenados, y es raro aquel que platica con el compañerito de al lado mientras el funcionario habla.

Posteriormente, viene la parte interactiva, el director general del IQT los invita a pasar una tarjeta por los torniquetes de acceso para que conozcan de primera mano su funcionamiento.

Sobre la avenida Constituyentes, en el semáforo no se ve el “ejército” de vendedores, limpiavidrios y repartidores de volantes. Estos personas que ya se han vuelto, de un tiempo a la fecha, parte del paisaje urbano capitalino. En ningún crucero se ve a estas personas, sólo a un vendedor de periódicos.

La vía Constituyentes luce distinta, ya no hay autos estacionados a los costados, los carriles están libres.

Los menores ya conocieron un poco más este nuevo sistema de transporte que comenzará a operar en próximas fechas y que promete ser el inicio de la modernización de la movilidad en la ciudad.