En Querétaro se observa, de unos dos años a la fecha, mayor respeto entre la sociedad a los derechos humanos de la población de la diversidad sexual, aún dentro de ese conservadurismo que se tiene en la zona del Bajío, afirmó el vocero del Frente Queretano por el Derecho a la No Discriminación y el Estado Laico, Walter López.

Explicó que parte de ese cambio se notó en las elecciones de julio pasado, donde un partido de izquierda, Morena, avanzó y tendrá mayores espacios en los órganos de gobierno, como el Congreso local y la Presidencia de la República.

“Obviamente, hay picos y aún pesan mucho los poderes fácticos, pero también se abren iglesias incluyentes. Algo muy interesante de Querétaro es que se está abriendo este diálogo con toda la sociedad, independientemente de lo que piensen y todavía no veo fracturada la clase política, lo que en otros estados sí ha pasado”, indicó López.

En Querétaro, la sociedad civil es muy participativa, lo que ha derivado también en esa apertura, pese al conservadurismo de la zona, pero sí hay una transformación hacia buscar y respetar los derechos humanos de todas y todos, sin que la sociedad se quiebre en ese intento, para llegar todos a acuerdos.

“Cuando hay estos quiebres en la sociedad, lo único que pasa es que se divide, es parte de lo que ha pasado en los lugares donde ahora están en medio de asesinatos. Aquí, por el tamaño de estado, de la ciudad (de Querétaro) que no somos de las más grandes del país, que nos conocemos, de alguna forma ha permeado para que no nos dividamos”, precisó.

El vocero apuntó que un caso interesante que muestra esta apertura es el caso de algunas familias transgénero que han llegado a radicar a la ciudad y que han sido bien recibidas por la sociedad, incluso en las escuelas.

Dijo que existe un caso de una niña trans, cuya familia llegó de la Ciudad de México. Los padres, al llegar al estado, hablaron directamente con la dirección de la escuela, explicándole que su hija era una niña trans, a lo que las autoridades del plantel aceptaron llamarla con el nombre que ella quería.

Sin embargo, por la edad de la niña (10 años), comenzaron los cambios hormonales, por lo que acudieron a las dependencias de Salud para que dieran un tratamiento, y ahí patologizaron a la menor; a los padres les dijeron que, como papás, tenían que ir al siquiatra.

“Esto concuerda con un estudio de hace poco tiempo, hecho por una doctora de Guanajuato, que menciona que en el Bajío patologizan todas las historias de la diversidad sexual, no sólo las trans. Esa es la cultura del Bajío, pero también se está cambiando la historia de esta familia, donde aceptan a su hija que no tiene ningún problema, pero sí con las autoridades, hay un gran atoro”.

Agregó que esa mentalidad cambiará cuando se tenga una camada nueva de políticos nacidos en Querétaro, pero de padres foráneos que tengan otra mentalidad y sean menos tradicionalistas que la clase política actual.

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