El internet ha sido para los estudiantes y los académicos un regalo de la tecnología; sin embargo, los alumnos han tomado la red como una herramienta para ahorrarse el trabajo, porque es más fácil buscar una investigación, en muchos casos, sin leerla, pues sólo la copian y la pegan, lo que a la larga afecta su desarrollo profesional y académico, afirmó Roberto Ferriz, académico de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).

Explicó que existen diferentes programas que permiten detectar cuando los trabajos de los estudiantes han sido tomados de otros documentos de internet, ya que actualmente al hablar de copia es hablar de fraude en todos los niveles.

“Robarle el trabajo a un investigador es un fraude, está penalizado incluso. Como profesores, en algún momento, copiar un trabajo, copiar una investigación, nos cuesta no nada más el trabajo, sino nos cuesta también perder nuestra cédula profesional, entonces como académicos, uno de los puntos que nos ha interesado trabajar es que los chicos tengan la capacidad de análisis, la capacidad crítica y de tener sus propias conclusiones, y no copiar trabajos de otros lados”, indicó.

Precisó que los docentes que usan estos programas permiten hasta un 20% de copia de otros textos, cuando se trata de citas, sin embargo, unos de los trabajos más engorrosos de los maestros era leer los trabajos de 90 alumnos, por ejemplo, en una semana, por lo que este software les facilita su labor, pues al analizar los trabajos les permite saber cuando hay copia de otros escritos, siempre y cuando no exceda del límite permitido, y los que lo rebasen e los rechaza.

Explicó que las redes sociales distraen a los estudiantes, ya que con el pretexto de buscar información en internet, primero platican con sus amigos, pierden mucho tiempo, y cuando tienen que hacer la tarea lo más sencillo, con la premura, es buscar el tema, tomar el primer texto, copiarlo y pegarlo.

“Ese es el problema que tenemos ahora con las tecnologías, como el internet y todos los buscadores actuales, que solamente les permite a los estudiantes, copiarlo, pegarlo y ya tienen la calificación”, abundó.

Aseveró que peor aun, las búsquedas no las hacen en páginas fidedignas o que tengan algún valor real, sino que lo hacen en sitios donde otros estudiantes suben sus tareas, pero donde ni la redacción ni las fuentes bibliográficas son las correctas.

Agregó que normalmente los estudiantes recurren al “copiar-pegar” textos de internet, y puso como ejemplo a sus alumnos, de los cuales hasta el 50% de ellos plagian artículos de la red.

“Las copias siempre se dan. Hay tesis que son copias literalmente de grandes doctores que hicieron sus tesis en su momento. Entonces siempre se ha dado, pero detectarlos era casi imposible, pero la misma tecnología nos ha dado herramientas para poder hacerlo”, añadió.

Lo más grave, puntualizó el académico, es que no están aprendiendo. El trabajo actual del docente, continuó, no es pararse enfrente de los alumnos y “escupirles” la información, “ahora se quiere que los alumnos aprendan a analizar lo que están leyendo, que critiquen esa información que están leyendo y que ellos por sí mismos puedan dar su conclusión, sin necesidad de tomar las de otros”.

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