Los últimos años instituciones de salud pública nacionales e internacionales han realizado un arduo trabajo, quizá insuficiente, para promover la lactancia materna. Las razones son muchas y muy importantes.

La médico pediatra Karla Patricia Murrieta, responsable del Banco de Leche Humana del Hospital del Niño y la Mujer de Querétaro, expone que la lactancia materna es la forma de alimentación ideal para un recién nacido, ya que contribuye de mejor manera a su desarrollo físico, intelectual y emocional debido a que la leche materna le proporciona al infante los nutrientes necesarios tanto en calidad como en cantidad para el crecimiento y desarrollo de sus órganos, especialmente el sistema nervioso.

“Es como una primera vacuna, lo va a proteger con anticuerpos de su mamá contra enfermedades comunes, como enfermedades respiratorias y diarreicas” asegura la pediatra.

A través de cursos de capacitación al personal del hospital, platicas a mujeres embarazadas, la distribución de folletos informativos en el área de alojamiento conjunto con las madres; en la Clínica de Lactancia y en el Banco de Leche Materna en Querétaro, trabajan todos los días por promover la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses y la lactancia materna complementada hasta al menos los 2 años de vida del niño. La pediatra Karla Murrieta insiste que esto reporta beneficios biológicos, psicológicos y hasta económicos para la madre, el niño y la sociedad.

La disminución de enfermedades infectocontagiosas como la otitis media, infecciones gastrointestinales e infecciones respiratorias, la disminución en enfermedades alérgicas como asma bronquial, dermatitis atópica, obesidad en la adolescencia y vida adulta, así como disminución de enfermedades inmunológicas, como la diabetes tipo 1, y cáncer son algunos de los beneficios que representa el alimentar a un niño con leche materna durante los primeros seis meses.

Karla Murrieta, responsable del Banco de Leche Materna comentó que esta práctica también posee ventajas emocionales. Al amamantar se crean vínculos afectivos entre la madre y el bebé, lo que significa protección y seguridad al pequeño.

Por otra parte, la pediatra explicó que las fórmulas lácteas que se comercializan son derivados de la vaca, lo que implica que tiene una composición diferente a la que tiene la leche materna en cuanto a nutrientes.

“Las proteínas que tiene la leche de vaca pueden ser alergénicas, lo que quiere decir que van a causar una reacción en el cuerpo del bebé que las pueden reconocer como extrañas, pueden provocarle alergias, intolerancias alimentarias, mayor riesgo de cólicos, mayor distención abdominal, puede favorecer el estreñimiento” puntualizó la responsable del Banco de Leche Materna.

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