Ninfa Félix Romualdo, de 29 años de edad y oriunda de Amealco de Bonfil, llegó a la capital en busca de un empleo, para sacar adelante a sus cuatro hijos, pues dijo que en su municipio de origen no existen fuentes de trabajo dignas; ahora se emplea barriendo las calles del primer cuadro del Centro Histórico.
“La situación económica de Amealco es muy difícil, allá no hay nada en lo que puedas trabajar, sólo hay fábricas pero los patrones pagan muy poco, no alcanza para comer; mi esposo y yo tenemos cuatro hijos dos niñas y dos niños; dos de mis hijos son sordomudos”, lamentó.
“Tengo un niño y una niña con discapacidad auditiva, aparte de no poderles ofrecer una buena educación, pues no los he tratado como se debe por mi trabajo que no me da el tiempo necesario para llevarlos a terapias”, sin embargo dijo sentirse contenta de contar con un trabajo que le permita tener un sueldo fijo y las prestaciones de ley.
De acuerdo con Ninfa, es mejor tener una fuente de ingresos en un lugar que no es el de origen, que no contar con trabajo para “alimentar a las personas que más quiero”.
Comentó que cada quincena recibe 2 mil 300 pesos, sin embargo le descuentan 700 por un préstamo que pidió para poder adquirir una vivienda, por lo que sólo cobra mil 600 pesos, es decir, 3 mil 200 pesos al mes.
Reconoció que el descuento afecta su economía familiar, pero aceptó que vale la pena hacer el sacrificio para que sus cuatro hijos tengan un patrimonio y asistan a la escuela, “para que en un futuro ellos me ayuden, cuando yo ya no pueda trabajar; además me gustaría que ellos no sufrieran las carencias que yo”.
El sueldo que gana por su trabajo — relató— no le alcanza para atender las necesidades de su familia, por lo que complementa sus ingresos vendiendo diversas artesanías como bordados y muñecas de trapo, a través de pedidos que le solicitan negocios ubicados en del Centro Histórico.
“Mis hijos que son sordomudos actualmente no cuentan con el tratamiento que necesitan, pues me dijeron que los tenía que meter a una escuela privada especial, pero a mí no me alcanza, tampoco puedo comprar sus aparatos”, explicó Ninfa.
A pesar de todo, dijo sentirse orgullosa de lo que hace, “porque mi trabajo y esfuerzo ha sacado a mis hijos adelante, bien que mal, además el municipio me da todas las prestaciones, y sólo tengo un turno, de seis de la mañana a dos de la tarde”.
Pero lamentó constantemente estar en busca trabajos extras para obtener una remuneración aparte de la que recibe por trabajar como empleada del municipio queretano recolectando basura.
En cuanto al personal de Servicios Públicos Municipales, el ayuntamiento cuenta con 267 recolectores, 240 barredoras en vía pública, 298 personas en jardines, 105 en mantenimiento de vía pública y 29 limpiafuentes; los cuales cada semana realizan brigadas de limpieza en las diferentes delegaciones, a través del programa por colonias, que es atendido por cada delegación.