El titular del Consejo Estatal Contra las Adicciones (CECA), Guillermo Tamborrel Suárez, dijo que la zona metropolitana de Querétaro (ZMQ), que incluye El Marqués —sobre todo en La Cañada— Corregidora y la capital queretana, es donde se registra mayor consumo de alcohol, tabaco y drogas a nivel nacional.

“Tenemos tristemente ese lugar. Este es un tema que nos tiene que mover”, indicó.

Entrevistado al término de la presentación del Plan Municipal contra las Adicciones, indicó que las autoridades se tienen que concentrar en la prevención, sobre todo, entre la población de entre 10 y 18 años de edad, es decir, quinto y sexto grado de primaria, secundaria y preparatoria.

Por un lado, explicó, se debe de implementar pláticas de información que inviten a reflexionar a los jóvenes de los peligros y las consecuencias a la salud del consumo de drogas y otras sustancias.

Aseveró que se tiene que luchar contra las costumbres familiares, ya que los hijos ven que los adultos consumen alcohol, tabaco u otras sustancias y quieren imitarlos.

Apuntó que, dentro de las acciones de prevención de adicciones que llevan a cabo en el CECA, se acercan a la población juvenil para formar conciencia respecto al tema.

Apuntó que se quieren concentrar en alumnos de los últimos grados de primaria, secundaria y preparatoria, donde comienzan los consumos de drogas legales e ilegales.

Añadió que el Plan contra las Adicciones triunfará sólo si los jóvenes pueden darle vida al mismo.

“Este plan no pasará de ser un documento muy interesante, con mucho esfuerzo, pensado en los jóvenes, pero si no lo hacen suyo de nada servirá para el combate a las adicciones”, dijo, al comentar que se necesita, que los jóvenes sean los que llevan a cabo las labores de prevención.

“Prevenir es concientizar. Necesitamos informar, necesitamos invitar a que la gente lo reflexione y una vez que lo haga, se concientizarán que las adicciones no conducen a nada bueno, al contrario, cancelan proyectos de vida, cancelan sueños, destruyen proyectos”, sostuvo.

Acotó que son los mismos jóvenes quienes deben de prevenir las conductas nocivas y de riesgo entre sus propios compañeros y amigos, pues con las personas mayores, al existir una brecha generacional, es más complicado de “llegar” en los mismos términos.

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