Más de 50 años de experiencia en la producción y venta de dulces mexicanos, permitió que Julio Guadalupe Rodríguez, junto con sus hijos y nietos, creara el primer museo en el país dedicado al dulce.

Ubicado en las instalaciones de la empresa de sus propiedad Dulces Bernal, el museo cuenta con cerca de 50 productos elaborados con la receta original, como la colación, golosina que se consume en México desde el siglo XVIII.

En aquella época, explicó Don Julio, se incluía en el interior de cada pieza de colación, una semilla de cilantro con la finalidad de dar al paladar una sorpresa final.

Dulces Bernal nació en la delegación municipal de Bernal, perteneciente al municipio de Ezequiel Montes, a inicio de la década de los años 60 del siglo pasado.

Julio Rodríguez, hijo del dueño de la fabrica y museo, narró que a mediados de los años 50, su tía abuela, Carmelita Hernández. elaboraba natillas que ella misma vendía en el pueblo.

“Mi papá aprendió (de ella) a hacer dulce, pues le gustaba ver cómo se elaboraban. Cuando yo tenía 10 años, el papá de mi papá, Frianco Rodríguez, le regalo a mi padre su primer cazo de cobre de 10 litros y ahí elaboró sus primeros dulces”, explicó.

Ese cazo forma parte de las piezas del museo y se exhibe al lado de los bidones de leche, una balanza y una plancha manual para hacer obleas de cajeta.

Tradición bernalense

En la tienda denominada El portal del tío Yaco, en Bernal, Julio Rodríguez inició, a mediados del siglo pasado, la venta de dulces elaborados a base de leche de cabra.

Es a partir de 1975 cuando se dedicó por completo a la elaboración de dulces tradicionales, labor a la que ahora se dedican sus hijos y nietos, en una planta que cuenta con 30 trabajadores.

Entre los principales productos locales que emplean para la fabricación de más de 40 tipos de dulces, se encuentran la leche de cabra, que se encuentra en varios municipios de la entidad; los piñones y nueces de Pinal de Amoles y Peñamiller; y frutas aromáticas como la guayaba de Tolimán.

Don Julio asegura que el dulce representativo de su empresa es la natilla con diferentes ingredientes y combinaciones de coco, ajonjolí, amaranto y piñón.

Actualmente, Dulces Bernal fabrica y comercializa entre cinco y siete toneladas de dulces a la semana, que se venden en 15 entidades de la república, aunque, explicaron los dueños, 75% de su mercado se encuentra en el estado de Querétaro.

El Museo del Dulce se encuentra al interior de las instalaciones de la fábrica y la tienda de Dulces Bernal, ubicada sobre la carretera 100 que conduce a la Sierra Gorda, denominada avenida Juárez en el tramo que pasa por la localidad de Bernal.

En uno de los pasillos del museo, justo donde se exhiben los implementos usados en el siglo pasado para la elaboración de los dulces, está escrita una oración que hoy reivindica el mismo Julio Rodríguez: “No hay amor más puro y sincero que el de un dulcero”.

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