En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer Indígena, Cathia Huerta Arellano, coordinadora de Género de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), con 25 años de trabajo en comunidades indígenas, señaló que aunque en la actualidad las mujeres se han organizado y han avanzado, prevalecen como las “triplemente discriminadas”, por su sexo, condición social y pertenencia étnica.

“En los últimos 15 años se han hecho muchos programas, muchas políticas [públicas], muchos avances en ese sentido. Sin embargo, lo que siento y lo que percibo cuando platico con las mujeres indígenas que ya están organizadas, eso también es otro avance importante, ya hay organizaciones de mujeres indígenas a nivel nacional, y en el estado también las hay, y platicando con estas mujeres, lo que se siente es que siguen siendo el sector social más relegado.

“Lo que se decía hace 15 o 20 años, de que las mujeres indígenas eran las triplemente discriminadas, hoy en día sigue siendo así. Esa triple discriminación que se hizo muy famosa, la cual se refería a su sexo, su condición social y su pertenencia étnica, las siguen viviendo”, indica.

En Querétaro y a nivel nacional, las principales problemáticas en las comunidades indígenas hacia sus mujeres siguen siendo la muerte materna, la violencia de género, expresada de muchas maneras, pero principalmente físicas y sexual.

Además, añade, continúan prevaleciendo limitaciones en mujeres jóvenes, incluso niñas, que no tienen acceso a la educación más allá de tercer grado de primaria, pueden incluso terminar la primaria pero ya no continúan con sus estudios.

“Esas problemáticas se siguen presentando en algunos contextos nacionales. En el caso de Querétaro se han hecho muchas acciones afirmativas, y se ha ido elevando la edad de las niñas que están en la escuela. Ahora estudian hasta la secundaria, la brecha se ha hecho más corta.

“Ha habido mejoras, pero también ahora se vive [la discriminación], o se ha recrudecido la violencia contra las mujeres en otros sentidos, como es el caso de una menor de San Ildefonso [Amealco], o de los suicidios infantiles, donde la mayoría eran niñas de Amealco”, abunda.

Ello también lleva al problema del abuso sexual infantil, incluso con testimonios de las madres, quienes señalan que “eso pasa en las comunidades”.

El abuso sexual, dice, les ha pasado a las mujeres adultas, mientras que el abuso infantil persiste como una práctica invisibilizada entre la comunidad.

“A pesar de que hay políticas públicas para mujeres indígenas, y para mujeres en general, también no toman en cuenta las condiciones de las mujeres indígenas. No se les consulta, no se les pregunta, porque en un contexto indígena, las mujeres van a priorizar unas cosas que se priorizan en un contexto occidental, o urbano”, precisa.

Añade que platicando con las mujeres indígenas tienen incluso hasta ciertas formas de atender su salud. Ejemplo de ello son las curanderas y las parteras, a las cuales se les persigue.

arq

Google News

TEMAS RELACIONADOS