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Los hundimientos y grietas que presentan diversos puntos de Querétaro no tienen un origen geológico, son por la extracción de los volúmenes de agua debido al crecimiento de la ciudad, como ocurre en la avenida 5 de febrero, y se puede remediar, aseguró la investigadora Susana Alicia Alaniz Álvarez, del Centro de Geociencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) campus Juriquilla.
También integrante de la Academia Mexicana de Ciencias y del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), Alaniz Álvarez reconoció que parecería que las grietas en 5 de febrero “nadie las puede detener”, pero al saber las causas se puede remediar y tomar medidas como las de Aguascalientes, donde el problema era más grave.
Hace 15 años, personal del Centro de Geociencias de la UNAM realizó una investigación en el terreno de una de las fábricas que se ubican sobre 5 de febrero, ante las numerosas grietas que presentaba la avenida y que hacían pensar que podría tratarse de una falla geológica en toda la zona.
En el lugar, los especialistas abrieron “una gran zanja” para efectuar la investigación. Ese espacio de tierra abierto permitió ver claramente las fallas, el desplazamiento o hundimiento, de metro y medio, que se presentó en un periodo estimado de 30 años.
El trabajoque se realizó también permitió descartar una falla geológica en la avenida 5 de febrero, luego de que durante muchos años esa fue la explicación de las grietas provocadas por el hundimiento.
“Eso [el hundimiento] no tiene que ver con la deformación geológica que está ocurriendo en el centro de México, que es de menos de un milímetro por año, aquí era de varios centímetros por año, eso es terrible, pero por una parte es muy bueno, porque no hay un problema geológico que esté ocurriendo en nuestras ciudades y sabemos la causa, al saber la causa lo podemos remediar”, añadió.
Antes de esa zanja, la ubicación y orientación de las fallas de 5 de febrero hizo pensar a los investigadores que el problema tenía su origen “en un asunto tectónico”, pero ahora se sabe que no hay una deformación geológica activa tan grande en esa avenida, donde las grietas incluso atraviesan casas.
“Nada las puede detener, en 5 de febrero están las grietas y sabemos que las parchan y las parchan y se vuelven a generar. El asunto es más sencillo: estas ciudades, como San Luis Potosí, Aguascalientes, Celaya, Querétaro, se alojan en lo que se conocen fosas o cuencas tectónicas”, explicó.
Estas cuencas quedaron “bordeadas” por la estructura que se formó geológicamente: una cuenca limitada por fallas. “Pero a medida que va evolucionando esta deformación tectónica, que aquí ocurrió entre 5 y 8 millones de años, se van formando los lineamientos y se van depositando sedimentos”, agregó.
Los espacios en estos sedimentos se rellenan con agua, pero cuando se establece la ciudad y se empiezan a abrir pozos para extraer agua, el volumen de la misma se reduce y hay compactación de los sedimentos.
“El espesor de los sedimentos está de acuerdo con la estructura tectónica, cuando se extrae el volumen [de agua] y se compactan estos sedimentos sigue la misma estructura y eso es el origen de estas fallas”, indicó.
Algunas ciudades tienen más cuidado que otras en estas fallas. Por ejemplo, Aguascalientes tenía un problema más grave que Querétaro, motivo por el cual se inició un seguimiento y monitoreo de estas grietas, para cartografiarlas y delimitarlas.
Al lado de esos puntos en Aguascalientes no hay permiso para construir viviendas, fábricas ni otra estructura que no sean parques, a diferencia de lo que ocurre en 5 de febrero.
La investigadora del Centro de Geociencias es optimista frente a las condiciones de las fallas de la avenida, toda vez que se pueden generar esquemas que reviertan o resuelvan el problema, sobre todo, por la disposición de las autoridades de colaborar.
“Lo más interesante es cómo el gobierno se ha puesto en contacto con nosotros. La sociedad y el gobierno están acercándose o tratando de buscar los orígenes de esto que hace 20 años era impensable”, reiteró.
