La Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), a través del modelo de Cafeterías Saludables implementado por la Facultad de Ciencias Naturales, busca que estos espacios sean 100% sanos y que los alimentos que ofrezcan a los estudiantes sean bajos en grasas y azúcares.
Para llegar a este objetivo, la unidad académica imparte cursos a los dueños y encargados de estos negocios, en materia de higiene y manipulación de los alimentos, lo que contribuirá a que las cafeterías expidan productos saludables para mejorar el estado anímico y físico de la comunidad universitaria.
Las cafeterías deben de vender productos con el mínimo contenido calórico y de azúcares, frutas y verduras, promover el consumo de agua y evitar la venta de cigarros.
Algunos consejeros académicos de la universidad han expresado su preocupación por la calidad de los alimentos que actualmente se venden en las cafeterías, proponiendo que dicha situación debe de resolverse con la implementación de un proyecto integral, en el que participen diversas facultades y carreras, entre estas la de Nutrición y Enfermería.
De acuerdo con Teresa García Gasca, el programa de cafeterías saludables inició en 2012 y en breve se hará entrega de certificaciones a seis cafeterías que cumplieron con la capacitación impartida para el manejo correcto de alimentos.
“Estamos en el camino. Hay un trabajo que debemos seguir y no vamos a aflojar el paso, porque es un esfuerzo que forma parte del programa que se realiza entre diversas unidades académicas de la Universidad Autónoma de Querétaro”, aseguró.
García Gasca resaltó que una cafetería saludable no es sólo un lugar higiénico y que administrativamente tenga una certificación de operaciones, sino que es un espacio donde los alimentos se presentan y venden de forma especial.
Entre las acciones que se realizan destacan la de capacitar al personal y realizar las adecuaciones físicas que necesiten las instalaciones, además de que las cafeterías deben tener mensajes que orienten al consumo de los alimentos más sanos y que vayan generando un cambio de hábito que a la larga dé como resultado que la comunidad universitaria busque comida sana porque su organismo se ha acostumbrado a consumirla.