Es el rey del enamoramiento, la planta más temida porque quien la consume no piensa con claridad y según algunos expertos, es altamente venenosa. El toloache es el cómplice en los amores imposibles. Su uso se atribuye a cuestiones culturales y esotéricas, pero hoy se analiza en la academia, por sus propiedades medicinales y por la tradición de los pueblos de recurrir a esta hierba cuando hace falta.

Andar “entoloachado” es la mejor explicación cuando alguien no entiende por qué una persona se enamora de otra sin razón alguna. Darle toloache a alguien garantiza lealtad y cariño incondicional.

A pesar de los riesgos de dar dosis excesivas de toloache, nadie lo controla, los grandes expertos son los hierberos y los que tienen establecimientos en el ramo del esoterismo. Ellos deciden la cantidad, recomiendan el uso, la forma de consumirlo y cientos de clientes recurren a sus consejos.

Ubicado dentro del mercado Escobedo, se encuentra el negocio “Recetas de Doña Plácida”, que ocupa dos locales donde se encuentran hierbas medicinales y artículos religiosos a disposición de todos los interesados en encontrar un remedio para sus males.

En el lugar conviven, en el mismo mostrador, imágenes de la Virgen María, de la Santa Muerte, los pentagramas, los ojos de venado y los colmillos de coyote para la buena suerte.

Lo que más se vende son plantas medicinales para curar algunas enfermedades, por ejemplo, aquellas que limpian el riñón porque tienen piedras o cálculos, además del té para colitis o para nervios, para bajar de precio y para mejorar la circulación de la sangre.

Los clientes son frecuentes, aunque las vacaciones son una temporada baja porque muchas personas destinan el dinero para comprar los útiles escolares.

Los artículos y plantas, en su mayoría, las obtienen de la Ciudad de México.

Los productos esotéricos también son muy demandados. Vanesa García, quien atiende el local, advierte que los artículos que más se buscan tienen que ver con mejorar los ingresos económicos o atraer a la persona amada, así como llamar a la buena suerte y conseguir un trabajo o simplemente para protección y limpieza de las casas.

Las veladoras tienen nombres llamativos, desde la “quita estorbo” que aleja a las personas que molestan o son indeseables; la “tapa caminos” para que nadie se entrometa en una relación de pareja o la veladora “aleja suegra”, para que las suegras no molesten a las nueras y dejen al matrimonio vivir en paz.

Entre los productos que más se venden está el toloache en gotas o en hierba, pero “solo es para las mujeres que ya tienen una pareja, que ya viven con ella, se los dan de comer y de tomar, es para que sean un poquito más tranquilos si la pareja tiene un carácter fuerte”.

“La vendemos en gota, en planta no se toma, simplemente es para baños de asiento, para las hemorroides es muy bueno, también es medicinal, para infecciones en la piel, para eso sirve en planta”, afirma Vanesa.

Las gotas de toloache se venden en 50 pesos. Los principales compradores son mujeres que buscan apaciguar el carácter de sus esposos y que ya se estén en paz.

Según la hierbera, el toloache no tiene efectos contraproducentes porque “está muy rebajado, nada más es para que las parejas se tranquilicen, pero las gotas no son tóxicas”.

La planta de toloache se encuentra, dice, en cualquier lado del monte, en prácticamente todo el país y se la surten las personas originarias de Amealco, de San Juan del Río o de otras zonas cerca de la capital.

“Querétaro se distingue porque las personas creen mucho en la herbolaria, vienen de diferentes clases sociales y de diferentes edades a consumir los tés medicinales, se llevan muchas hierbas, porque sus abuelitos se los han venido pasando y los remedios que tenemos igual, les damos exactamente para lo que tienen, ven resultados y vuelven a regresar”, agrega.

Experta en los productos que vende, Vanesa cree más en las veladoras preparadas, porque “reflejan cosas, se queman y se quiebran de diferente manera, hacen figuras, realmente reflejan cosas inexplicables y funcionan bien”.

Pero el toloache es el rey de las plantas medicinales y esotéricas. Se le atribuyen parejas felices aún en relaciones que parecían imposibles de cumplirse.

Investigación científica

El año pasado, el Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) difundió una investigación sobre las 12 especies de toloache en el mundo, todas originarias de México, a partir de las dudas sobre cuál es la dosis segura para utilizar esta hierba porque resulta muy peligrosa.

El término “entoloachado”, advertía la investigación, equivaldría a estar permanentemente atontado, porque la hierba provoca falta de concentración, incoherencias en el pensamiento, delirios y dificultad para distinguir entre la realidad y la fantasía.

Los resultados iniciales de las investigaciones confirmaban que el uso de la hierba en agua tenía resultados favorables contra las hemorroides, al disminuir la inflamación a través de los baños de asiento, pero hasta el año pasado no se encontraba todavía el elemento antiinflamatorio del toloache.

Alina, de más de 40 años, asegura que vivió en carne propia los efectos del toloache. Estaba a punto de casarse en 1990 pero una conocida le sirvió una cuba con esa hierba. Ella no lo sabía entonces, pero rompió el compromiso y le siguieron seis años de enamoramientos fugaces de cuanto hombre conocía y varias enfermedades que le afectaban profundamente.

Asustada porque la “veían muy mal de salud”, sus familiares recurrieron a una tía del estado de Guerrero, que cree en la brujería. Alina estuvo a nada de quedar “internada” en un sitio “especial” para limpiar a las personas.

“Mi tía es de Chilpancingo, ahí se usa mucho todo eso de la brujería, pero yo acepté ir hasta 1996, cuando andaba súper mal, me llevó a un lugar en Tlapa donde hacían ese tipo de curaciones”, recuerda.

Ahí le explicaron que el toloache se podía poner en la bebida y los alimentos. A ella se la pusieron en una cuba, así se lo dijo la persona que la “curó” de varias cosas.

“La señora me dijo que me habían puesto toloache para que me enamorara de todos, que no me casara. Me dijo la señora de Guerrero que me estaban trabajando para matarme, que me habían robado una pantaleta y la habían enterrado en un panteón, que me tenían enterrada para que nunca fuera feliz”, asegura.

Durante seis años, platica, estuvo convencida de que su vida empeoraría, porque cada vez estaba “más enferma”, aunque no explica qué síntomas tenía.

“Me trabajaron desde 1990, por eso no me casé con el amor de mi vida, me dieron el toloache en una cuba, nunca me di cuenta, pero lograron que yo no me casara. Me volvía loca con cuanto fulano conocía, todos me gustaban, a todos los quería”, admite.

No sabe muy bien qué tanto le dieron en Guerrero para la curación, pero le avisaron que “arrojaría lo que me dieron, que iba a sentir que iba a vomitar para afuera, yo no sabía qué era eso. Cuando vomité efectivamente sentí como si me quitara la ropa en el vómito, como si me voltearan, eso hace el toloache, te lo dan para que te enamores, que te atontes”.

Explicación psicológica

La psicóloga Alicia Badillo, integrante del Colegio Estatal de Psicólogos de Querétaro (Coepsique) ve, a quienes recurren al uso del toloache y amarres para el amor, como personas que pueden estar desesperadas o que se sienten vacías.

“Mucha de la conducta humana tiene que ver con los vacíos que tenemos en nuestra historia, tiene que ver hasta con adicciones, porque llenamos vacíos con cosas equivocadas, muchas personas que recurren a toloaches, amarres, amuletos, pues lo hacen porque asumen creencias de ese tipo porque no tienen algo en qué sustentarse”, agrega.

Considera que ese mismo vacío, la misma incertidumbre, la manifiestan las personas que acuden a la lectura de cartas o al uso de amuletos, pero advierte que muchas veces este comportamiento va de la mano de un aspecto cultural, porque la sociedad presiona a las personas para tener pareja.

“Si no te has casado y pasas de cierta edad te dicen: ya cásate, si ya te casaste y pasas de cierta edad te dicen: ya ten hijos, es un asunto cultural. El toloache también es un asunto cultural, tiene que ver con la cultura”, afirma.

El uso cultural del toloache también se sustenta en el tema de usos y costumbres. Algunos pueblos indígenas lo consumen en fiestas y rituales de paso que simulan el paso de la niñez a la adultez. Querétaro no es la excepción, el consumo frecuente del toloache en la herbolaria, lo demuestra.

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