Ayer domingo 1 de diciembre inició en la religión católica el periodo de adviento, el cual consiste en cuatro domingos antes de la celebración de la Navidad, y con ello, el exhorto del obispo de Querétaro, monseñor Faustino Armendáriz hacia los religiosos para revisar cómo viven el aquí y ahora.

A través de su palabra dominical, citó lo sucedió en los tiempos de Jesús, en donde la gente comía, bebía y se casaba, sin sospechar nada, hasta que llegó el diluvio y los arrastró a todos. En este sentido, es lo mismo que sucederá cuando venga el hijo de Dios.

>Recordó a los católicos lo que se establece en el evangelio, en donde se hacen tres llamadas para estar vigilantes a la llegada del Señor y que contempla el tiempo del Adviento, un periodo de preparación para el encuentro con Dios.

“Viene singularmente por Jesucristo en su encarnación, en su vida y predicación, en su continuo acercamiento por medio de la Iglesia, en su venida definitiva como dueño y señor del universo, primero de forma personal al final de nuestra vida, y de forma definitiva y universal, al final de los tiempos”, aseveró.

El Adviento es el periodo de preparación para celebrar la Navidad y comienza cuatro domingos antes de la fiesta. Este año 2013, comenzó este 1 de diciembre y termina el 22.

“Las cuatro semanas del Adviento están dedicadas a intensificar y vivir con especial atención esta dimensión expectante de la vida humana y cristiana. El Adviento es tiempo de desprendimiento y encuentro, de penitencia y alegría”, comentó.

Armendáriz precisó que en este primer domingo de Adviento, se debe escuchar lo que el evangelista San Mateo narra en su discurso, cuya finalidad es orientar a los discípulos hacia él, e invitarles a vivirlo en vigilancia. Por ello, dijo, la importancia de que se conozca el camino a seguir y reflexionar sobre cómo vivimos aquí y ahora.

“La principal recomendación de Jesús en su discurso sobre el retorno del Hijo del Hombre, es una llamada a vivir atentos a los signos de los tiempos, a no dejarnos atrofiar por el activismo, la ligereza, la superficialidad y la incoherencia; a despertarnos a la fe con responsabilidad personal y social… hay que vivir cada instante como don y señal de Dios, vivir con lucidez, tendiendo hacia el reino, haciendo camino y acogiendo la salvación de Dios”, destacó obispo de Querétaro, monseñor Armendáriz .

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