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En el laboratorio de medicina tradicional de la Facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) se manipulan más de 45 plantas diversas, con las cuales se fabrican pomadas, tinturas, jarabes, gomas, caramelos y otros productos para tratar diversos padecimientos.
En este espacio, se enseña a los alumnos de la casa de estudios a usar las propiedades de las plantas; los productos que de ello derivan se comercializan en la tienda universitaria, en clínicas de enfermería y salud integral, temazcales, centros terapéuticos, consultorios privados y hasta en oficinas de gobierno.
Ajo, ruda, árnica, hueso de aguacate, ciruela pasa, eucalipto, buganvilia, canela, gordolobo, valeriana, artemisa, pasiflora y hasta marihuana y peyote son algunas de las plantas que aquí se modifican.
“Tratamos de fomentar en los alumnos que hagan investigación de este tipo para que se cuente con un mayor sustento, algo que le hace mucha falta a la medicina tradicional”, comenta Nancy Ruiz Vargas, líder de la línea de productos, que en la actualidad se comercializa bajo el nombre de Natural.
Origen del proyecto
En la década de los noventa, al interior de la Universidad Autónoma de Querétaro se empezó a desarrollar un proyecto de enfermería en salud interactiva, el cual derivó en lo que actualmente se conoce como las clínicas de enfermería y salud interactiva (Ensain).
“En ese momento estaba al frente una maestra que trabajó en la parte de enfermería transcultural, algo dirigido a grupos poblacionales rurales e indígenas en los que se buscaba rescatar los conocimientos y las prácticas de salud que ellos realizaban. Resulta de interés porque en la Universidad nos formaban para trabajar en hospitales, en clínicas, y no se tomaba tanto en cuenta la parte cultural”, explica Nancy Ruiz Vargas.
El proyecto se echó a andar de maneja conjunta entre las facultades de Enfermería y Química. Expone que, incluso, la persona que trabajó el recetario original de los productos pertenece a esta última facultad.
Es así que entre ambas instituciones se llegó al acuerdo de compartir la marca; mientras Enfermería se quedó con la parte de medicina tradicional, Química albergó otros productos de limpieza y aguas.
Como parte del plan de estudios en Enfermería se incluye la materia de medicina tradicional, la cual se imparte a través de un taller y de forma teórica. Ruiz Vargas es la encargada de dicha asignatura.
“En la parte práctica del taller enseñamos a los alumnos a preparar productos. Hemos ido avanzando poco a poco en este sentido, pues anteriormente no se tenía tanto el conocimiento en cuanto a la cuestión de las dosis”, refiere.
Apunta que, al final todo, deriva del interés por rescatar la medicina tradicional y por hacer uso de las plantas propias de la región que tienen propiedades curativas. Menciona, por ejemplo, el caso del zapote blanco, en donde ya se ha investigado sobre sus acciones hipotensoras.
Tienda universitaria
El proyecto de la medicina tradicional se potenció en el año 2012, con el lanzamiento de la tienda universitaria. La Rectoría de la UAQ mandó llamar a todas las facultades, preguntando qué propuestas tenían para ofrecer a la comunidad universitaria.
En ese momento ya se comercializaban algunos productos de medicina tradicional, aunque sin una etiqueta, envase, plan de mercadotecnia o de negocios.
“Había personas que ya conocían los productos en la clínica Ensain, pero no se había dado la suficiente difusión. Cuando sale la tienda universitaria pensamos en participar con este proyecto”, señala.
“Hubo mucho apoyo directamente de rectoría y de la tienda universitaria porque hicieron la convocatoria masiva a todas las facultades y muchos aprovechamos para lanzar lo que se fabrica al interior de la Universidad”, dice.
Nancy recuerda que, a fin de establecer planes de negocios y delinear las propiedades de las plantas, se llevaba a cabo reuniones periódicas, una vez al mes o una vez cada quince días, en las facultades de Enfermería, Química y hasta Biología, en donde había colaboración para la elaboración de un jarabe elaborado a base de miel.
Al final del día, el objetivo era ver de qué manera la Universidad podía subsidiar algunos productos para poder crear los medicamentos que se tienen ahora.
Este año salió la nueva imagen de los productos, bajo la marca Natural; para ello se asignó a una persona de diseño, que fue quien apoyo en la creación de la marca.
Actualmente, Natural se compone por cinco tipos de tinturas, tres tipos de pomada y un jarabe para la tos; de estos, los que más se comercializan son el jarabe y una tintura para bajar de peso.
Dentro de las tinturas (extracto con una base de alcohol) se cuenta con una para la presión arterial, la cual está hecha a base de zapote blanco; hay una de ajo que ayuda a mejorar el sistema inmunológico y el parasitario; otra que es para los nervios, y una para bajar de peso, hecha con cortezas de árbol.
En este caso cada quince días se envasan y etiquetan nuevas tinturas, alrededor de 100 unidades por mes.
En pomadas hay una de árnica para aliviar golpes, otras para las vías respiratorias y una tercera para reumas, la cual se prepara con hueso de aguacate y ruda, ambas plantas calientes.
El jarabe para la tos se elabora en gran parte con plantas que se sacan de la propia Universidad, como la buganvilia y el eucalipto. Este producto, explica, tiene la peculiaridad de que lo preparan un día y al siguiente ya está envasado, etiquetado y listo para distribuirse.
“De jarabe sí tenemos que preparar muchísimo. Normalmente acostumbramos a preparar diez o veinte litros para poder sacar un lote de 50 o cien jarabes y se acaban luego y luego.”
Actualmente, los principales puntos de venta son la tienda universitaria y las siete clínicas con que cuenta la Facultad de Enfermería en locaciones como Ciudad Universitaria, el campus Aeropuerto, San Juan del Río, Jalpan y el campus Corregidora.
Alcances del proyecto
Como parte del proyecto, la Facultad de Enfermería trabaja de forma directa con diversas comunidades de Amealco, Amazcala, y anteriormente se había estado colaborando en Jalpan y Tolimán.
En febrero, por ejemplo, estuvieron trabajando con la casa de los migrantes, en donde se les enseñó, a través de un taller, a preparar las pomadas, destaca.
Actualmente, la intención es ingresar los diferentes productos a una nueva convocatoria que sale en noviembre próximo, para contar con recursos económicos y de esta forma poder ampliar la gama.
“La idea sí es sacarlos, pero a final de cuentas lo que queremos es que la gente siga usando, siga aprendiendo y que vea y tenga al alcance los productos. A los alumnos les inculcamos mucho la idea de que no se tienen que cerrar a la medicina alópata, porque hay mucha gente que no le gusta consumir medicamentos. Nos interesa llevar los talleres a las comunidades para decirle a las personas: mira, esto es lo que puedes hacer”, expresa.
Para Nancy las posibilidades de la medicina tradicional son infinitas. Las plantas, dice, han existido desde siempre, incluso muchos de los medicamentos que actualmente se fabrican se hacen a través de plantas.
“Hay muchísimas plantas que han permitido que se elaboren medicamentos y yo lo que creo es que es mucho esta estrategia del monopolio de la farmacéutica y demás lo que ha hecho que la medicina tradicional o que las plantas queden abajo. También es que la gente, yo no sé cómo, tiene más miedo de utilizar una planta en un té que una pastilla. Se toman los antibióticos como cualquier cosa y las plantas son más nobles para el organismo”, refiere.
Asegura que la medicina tradicional funciona a manera de preventiva o para poder aliviar cuestiones muy agudas y no está peleada con la medicina alópata.
“Las plantas tienen muchas propiedades. Si se trabajan adecuadamente funcionan y te pueden resolver muchísimos problemas”, dice.