Para ir por material de trabajo o el almuerzo, quienes laboran en el taller de joyería Noe’s, ubicado en el centro de la capital, usan la bicicleta como medio de transporte diario.

La labor de la bicicleta empieza cuando traslada a uno de los encargados, Noé Rico Sánchez, quien sale de su casa rumbo al negocio.

Desde las nueve de la mañana inicia actividades y la bici comienza a ser necesaria.

En el comercio trabajan cuatro personas que la utilizan diariamente para hacer diversas tareas: “la uso de la casa al taller y del taller a la casa; pero en ella hacemos todos los mandados: ir al banco, ir por la comida, almuerzo, ir a hacer pagos, por el material, todo se hace en ella”, asegura Noé.

El ciclista refiere que ésta le representa un gran provecho.

La velocidad y agilidad que la caracterizan son las principales razones por las que ha fungido como transporte de los trabajadores del taller, “pues en ella pueden transportarse más rápido”.

La bicicleta es necesaria para Noé y los demás jóvenes que laboran con él: “para nosotros es muy indispensable, por la rapidez con la que puedes andar aquí en el centro”.

Así es como la bici ha significado un medio de transporte imprescindible para la joyería Noe´s. “Trabajamos cuatro personas y todos la usamos. Es el vehículo del taller”.

Además de servir como un vehículo utilitario, les ha resultado favorable para desestresarse.

Noé dice que cuando se ha sentido verdaderamente estresado opta por dar un paseo por la bicicleta, un recorrido al aire libre le ha permitido aligerar la tensión: “ayuda a eliminar el estrés, luego anda uno muy estresado. Ya cuando llegas ya sacaste el enojo o lo que sea que traigas”.

En su andar, los trabajadores del taller no han tenido ningún altercado automovilístico o algún percance; por su parte Noé asegura que “nunca he tenido ningún problema, gracias a Dios, pero he escuchado que hay a quienes se las roban, pero con que la amarres bien, con eso”.

Es por esa razón que la bici del negocio se mantiene amarrada afuera del local mientras no la usan. El hombre recuerda usar dicho vehículo desde que tiene 14 años, cuando comenzó a trabajar, “desde los 14 la empecé a usar, cuando inicié como chalán”.

Todos los días, vehículo y hombre recorren alrededor 5 kilómetros, tan sólo en ir y venir de su domicilio. Para él no es pesado usarla, ya que asegura se ha acostumbrado a ella.

Afirma que en el Centro Histórico es muy fácil andar en la bici, aunque reconoce que “la gente es brava, te echan el carro, pero no queda más que hacerse a la orilla. ¿Cómo te vas a poner a pelear con el automóvil?”.

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