En los años que llevan al frente del proyecto Menos Kilos, Patricia e Ilse han concluido que los sueños son de cocción lenta; que no se pueden hacer al vapor, y que una vez visualizados éstos se deben ir trabajando.Ambas coincidieron cuando cursaban la licenciatura en Nutrición, en la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), institución de la cual egresaron en 2009. Su aventura emprendedora comenzó tres años después, en 2012.

Las dos tenían la idea de empezar un negocio propio, aunque no sabían exactamente qué. “Divagábamos mucho. Veíamos un local que se rentaba y pensábamos en poner una farmacia. Nos juntábamos en casa de Ilse a platicar porque había cierta inconformidad con lo que estábamos haciendo en ese momento”, cuenta Patricia. Ilse complementa que se les ocurrían muchas cosas, pero al mismo tiempo querían ejercer su profesión.

Por ese entonces Patricia trabajaba dando consultas para una clínica de control de peso, mientras Ilse se empleaba en un comedor industrial. “Había forma de ejercer pero no sabíamos para dónde tirar. Teníamos muchas ideas, pero nada concretábamos”, comenta Patricia.

Su experiencia profesional les permitió darse cuenta de que el control de peso era un negocio bastante rentable, y en este punto se percataron de que quienes operaban las empresas para las cuales habían trabajado eran todo, menos nutriólogos. También advirtieron que los pacientes que habían tratado hasta ese momento buscaban a la persona, y no al lugar donde daban consulta. Esa fue otra de las razones por las cuales decidieron poner un consultorio.

“En el trabajo no había un área de crecimiento, y el sueldo que nos pagaban era suficiente pero no para que pudiéramos hacer algo más. Trabajando para otras personas nos dimos cuenta que la mayor parte de los servicios de control de peso que operan en Querétaro no son encabezados por nutriólogos. El dueño es un contador, un administrador, un doctor, y a lo mejor sí te atiende un nutriólogo, pero no es un negocio de él”, apunta Patricia.

“En estas clínicas de control de peso donde estábamos trabajando pensamos que el área de oportunidad para nosotros era grandísima, y que nos estábamos devaluando al ir a pedir un trabajo a un lugar donde nos pagaban lo mínimo y la ganancia máxima era para el dueño”.

Resueltas a iniciar algo por su cuenta, la decisión de ambas fue trabajar y ahorrar la mayor cantidad posible de dinero con el objetivo de en algún momento juntar lo suficiente y, ahora sí, independizarse. En este punto lo difícil era aventarse a hacerlo y conseguir el dinero para rentar un espacio y para adecuarlo.

Las socias calculaban que con 15 mil pesos que pusiera cada una —30 mil en total— sería suficiente para iniciar, a sabiendas de que al principio no se pagarían sueldo. Con esta idea las ya socias dejaron sus respectivos empleos para aventurarse a abrir una primer clínica de control de peso por cuenta propia, y con ello dejar de trabajar para alguien más.

Crecimiento exponencial

De 2012 a la fecha el camino no ha sido fácil, pero hoy en día dos compañeras más se han sumado al proyecto y Menos Kilos cuenta ya con cuatro clínicas, distribuidas en distintos puntos de la zona metropolitana.

Inicialmente, Patricia e Ilse exploraron diversos espacios en los que por alguna cosa u otra razón no se concretaba la negociación. Durante algún tiempo las socias operaron una clínica en el municipio de Huimilpan, aunque el proyecto no prosperó.

Al final remodelaron un área en el domicilio particular de una de las dos, y aprovecharon para adecuarlo como consultorio. Es así que en enero de 2014 Menos Kilos comenzó a operar en la calle Gutiérrez Nájera, en el Centro Histórico de Querétaro.

Al principio la clínica no registraba grandes ingresos. Patricia daba consultas en la mañana e Ilse, quien decidió conservar su empleo durante algún tiempo más para garantizar un ingreso mensual, lo hacía en la tarde-noche.

Año y medio después, el primer consultorio crecía a un ritmo acelerado y continuaba aclientándose, por lo que en junio de 2015 decidieron abrir una segunda clínica en Carrillo.

“Afortunadamente hemos tenido muy buena respuesta de la gente. Desde luego que las personas tienen que tener un buen resultado para regresar y recomendarte”, apunta Ilse.

En la actualidad Menos Kilos suma más de mil 300 pacientes registrados —no todos vigentes—; de éstos, la mayoría son mujeres de entre 20 y 45 años de edad, aunque en las clínicas se atiende a cualquier persona.

Los servicios que se ofrecen incluyen tratamientos para diabetes, hipertensión, niños, pacientes hospitalizados, deportistas y nutrición empresarial. “A cualquier persona que se alimente la podemos atender”, dice Ilse.

Además de la atención y orientación alimentaria se apoyan en terapias alternativas para dar mayor soporte al tratamiento de control de peso, como es la auriculoterapia, mesoterapia y masajes. A futuro la idea apunta a convertir la marca en franquicia e incluso se ha visualizado el sacarla fuera del estado, aunque de momento las socias buscan consolidarla en el ámbito local para después plantearse nuevos niveles de crecimiento.

“Nos han pedido salir de Querétaro, no solo como clínica sino también como servicio, ir a atender empresas de otros estados. Hay más colegas que nos escriben y están igual que nosotros, con ganas de empezar algo. Saben que nosotros ya lo estamos haciendo y quieren unirse, pero hay un poco el miedo de si ponemos una clínica afuera, quién va a estar ahí”, dice Patricia.

“De inicio queremos consolidarnos bien aquí; ver qué es lo que nos puede funcionar y qué no, para después replicarlo en otro lado”, completa Ilse.

“Que se avienten”

Patricia Rivas Ponce y Giovana Camacho Maldonado, también parte de la generación 2005-2009 de la licenciatura en Nutrición de la UAQ, se integraron al proyecto tiempo después. “Saliendo de la carrera cada quien agarra su camino y me topo a Paty dos años después, por una cuestión de suplementos. Me empecé a meter a la página de Menos Kilos y vi que traían un proyecto muy padre. Yo tengo una muy buena amiga, también de la carrera, y le dije que nos asociáramos con ellas. Platicamos, se dieron las cosas, y abrimos la sucursal de Reforma Agraria en febrero de 2016”, platica Rivas.

Ella comparte el consultorio con Giovana Camacho, en donde una atiende por las tardes y la otra por las mañanas.

La cuarta clínica está en El Pueblito y es como un hijo para Ilse y Patricia. Sobre ésta, Patricia comenta que cuando trabajaba para cierta empresa se dio cuenta que El Pueblito es una zona en la que confluye una cantidad importante de personas, por lo que decidieron probar en esta área.

“La gente siempre está en El Pueblito pagando sus servicios o comprando cosas. Siempre hay movimiento aquí. Es un centro de atracción comercial de muchas comunidades, un imán, y siempre hay gente de todos lados. No estamos ninguna de las dos ateniendo ahí, sino que contratamos a una nutrióloga para que se encargue del lugar”, señala.

Con su proyecto en vías de crecimiento, la recomendación de Ilse y Patricia para quienes buscan iniciar un negocio propio es que simplemente lo hagan.

“Que nunca falten las ganas de querer hacerlo. Con todo y el miedo que se siente, si tienes presente exactamente lo que quieres, lo puedes obtener. A nosotros una de las cosas que nunca nos ha faltado hasta ahorita ha sido un tope que nos detenga. Desde el inicio fue estar moviéndonos”, dice Patricia.

Ilse señala que en el momento en el que menos te lo esperas, se dan las cosas: “es por un lado la oportunidad y por el otro la preparación para poder lograr lo que quieres”, dice.

El correo de contacto con las clínicas Menos Kilos es menoskilosqro@gmail.com; en Facebook se encuentran como MENOS KILOS.

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