La cima de la Peña de Bernal es la meta. Pero la meta es inalcanzable por cuestiones de seguridad. El recorrido de los miles de visitantes al tercer monolito más grande del mundo se frena por personal de la Policía Estatal, tres elementos, a unos 20 metros de la punta del sitio que para muchos representa la conexión con su entorno universal para recargarse de energía, exactamente el día del equinoccio de primavera.

El fenómeno —en el que tanto noche como día tienen la misma duración en todo el planeta, hecho que ocurre dos veces cada año— inició a las 4:29 de la madrugada del 20 de marzo.

Sin embargo, los días de asueto por el puente primaveral sirvieron para atraer a miles de visitantes al Pueblo Mágico de Ezequiel Montes, a lo largo de cuatro días. Hoy se celebra la última jornada con diversas actividades culturales, además del significado espiritual que tiene para algunos el subir a la peña, una experiencia que combina con lo culinario y lo artesanal.

Sinuoso camino. Es lunes, poco antes del mediodía. Tras dejar la carretera atrás y al adentrarse por calles de Bernal, automóviles se dirigen a los pies de la gran peña. Unos toman el camino hacia el centro del lugar y otros una desviación que lleva directo al lugar.

La caminata apenas comienza. Al seguir por la calle Corregidora, ya no hay paso para los automóviles. Al llegar a la calle 5 de mayo inicia el ascenso por un sinuoso camino que conforme se avanza, la inclinación aumenta.

Unos escalones llevan a una plazuela exactamente abajo del monolito. Una explanada donde incrementa el número de puestos de comida, bebida, cuarzos y sombreros para taparse del sol. Ahí los visitantes que ya descendieron descansan, mientras otros toman el respiro necesario para iniciar el ascenso.

Hay una oficina de Turismo del municipio, en la que se pide que se registren. “De los visitantes que subieron entre sábado y domingo, alrededor de tres mil por día, sólo los que subieron”, enfatiza la encargada que acepta que al estar sola en el centro de atención, muchos visitantes pasan sin el debido registro. La Secretaría de Seguridad Ciudadana confirmó que durante sábado y domingo se registró un aforo de aproximado de 16 mil visitantes y cuatro mil 200 vehículos en Bernal.

Familias enteras llegan al sitio energético. Adultos mayores esperan a sus hijos y nietos en esa zona, mientras ellos hacen su ascenso.

Fernando, padre de familia González Mendoza, originario del municipio de Querétaro aceptó que el fin de semana largo fue una buena oportunidad para pasear con su esposa y dos hijas. Se toman la selfie durante su ascenso.

Se necesita alrededor de una hora para llegar a la cima, sin detenerse en el ascenso. Hay quienes pausan su avance. La altura juega su papel. Sin embargo, son cientos de personas las que emprenden la escalada.

Hay zonas donde los pies se resbalan con mayor facilidad. Mientras unos suben, otros bajan y se ayudan entre sí. Se dan las manos como apoyo y eso también genera un buen ambiente.

Sombreros y gorras por doquier pues el rayo de sol azota sin tregua alrededor de la una de la tarde. Falta poco para la cima, pero en el último tramo los policías estatales hacen su trabajo.

La seguridad ante todo. Antes de la cima hay tres oficiales que detienen el paso a los que logran llegar al corte del camino. La Peña de Bernal mide 350 metros y se encuentra a dos mil 515 metros sobre el nivel del mar. A unos 20 metros de la cima está el oficial de policía estatal, Rubén Eduardo Martínez Ramos, quien comentó que normalmente “no se detiene aquí a las personas, pero años atrás se han presentado accidentes que han incluido muertes, por lo que tenemos la instrucción y prevención que estamos haciendo ahorita porque desde aquí ya está muy complicado subir”.

El oficial reconoció que aunque se explica que se trata de cuestiones de seguridad, “algunas personas responden con ofensas, se molestan por el bloqueo y no se permite el acceso, pero es precisamente por el peligro, nos agreden verbalmente, pero es una orden que nos han dado y hay que cumplirla para terminar con saldo blanco este puente, esa es la idea principal”.

A un día de terminar las actividades del equinoccio, el policía informó que hasta el momento hay saldo blanco y así quieren permanecer. Otro de sus compañeros que resguardan la zona, aprovecha su situación de autoridad para poner orden y ayuda a quienes quieren una foto en lo más alto del monolito y él mismo oficial es quien captura el momento y después ayuda a subir a otros paseantes y repite la acción.

Desde la Ciudad de México llegó Leonardo Cervantes junto a su familia, sus padres y hermanas. Aunque ya había visitado anteriormente el destino queretano, es la primera vez que coincidió con la entrada de la primavera y aceptó que está bien que se cuide a las personas que deciden subir la peña.

“Venimos a observar, a cargarnos de luz y energía en este equinoccio, disfrutar el gran paisaje que se tiene desde la cima o hasta donde nos dejan llegar, pasarla bien con la familia además después del complicado recorrido, degustar un nopal en penca que es de los platillos más ricos de Bernal y ya mañana aprovechar para seguir con la Ruta del Vino y del Queso”, compartió antes de emprender el descenso.

Bernal lleva 25 años organizando actividades durante el equinoccio de primavera. Además del ascenso, paseantes disfrutaron un ritual prehispánico en el jardín principal del Pueblo Mágico, una cadena humana por la paz en México; presentación de grupos musicales, prehispánicos y folclóricos.

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