#DeMichiganAJalpan. Viajan más de 3 mil kilómetros para recibir un abrazo
En 1985, Braulio dejó la comunidad de El Pocito, en Jalpan, para radicar en Florida, ciudad que cambió por Nueva York y, finalmente, por el estado de Michigan, donde reside de forma permanente.
Afuera la temperatura está por debajo de los cero grados y el frío se cuela en la piel, sin embargo, los hombres preparan las dos camionetas en el garaje vistiendo apenas ligeras chamarras.
Los Monrroy son cinco: Braulio, el mayor, de 23 años; Emmanuel, de 21; Daniel, de 18; Adrián, de 17, y el más pequeño, Uriel, de nueve años.
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Los Monrroy están sentados alrededor de Braulio, mientras él relata cómo llegaron a Estados Unidos hace casi 27 años. Todos nacieron en México y al llegar ninguno hablaba inglés.
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La familia debe apresurarse, antes de que caiga la tormenta de nieve prevista para este lunes, y alcanzar a los demás migrantes en la frontera con México, para una vez ahí continuar el viaje hasta Jalpan.
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Al día siguiente, pese a ubicarse a 3 mil 200 kilómetros de distancia de Jalpan, el desayuno en la casa de los Monrroy evoca a México y a la Sierra Gorda
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Afuera la temperatura está por debajo de los cero grados y el frío se cuela en la piel, sin embargo, los hombres preparan las dos camionetas en el garaje vistiendo apenas ligeras chamarras.
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Los cuatro hijos mayores ayudan a colocar el remolque y montar bien las cuatrimotos que deberán permanecer sujetas durante el largo trayecto. El trabajo pesado no les afecta. Están acostumbrados.
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El camino inicia y a partir de estos momentos, las únicas paradas serán para cargar gasolina y estirar un poco las piernas. No es algo nuevo, este trayecto lo han realizado desde hace ocho años.
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Durante el largo trayecto atravesamos los suburbios de numerosas ciudades de Illinois, Tenneesse y Arkansas, hasta llegar a Waco, Texas, en donde permaneceremos la noche del lunes.
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En los 90, Braulio pasó por el estado de Texas, con su esposa y sus dos hijos mayores (éstos no contaban con papeles) a Estados Unidos, donde él ya laboraba con documentos en regla.
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Después de lograr la residencia de sus cinco hijos en 2008, Braulio logró establecerse en este país pese a las dificultades por la falta de educación y la barrera lingüística.
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Queda el último trecho: atravesar Texas, el segundo estado más extenso de Estados Unidos, después de Alaska. Hacerlo toma entre seis y siete horas.
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Al retomar la carretera, el camino por la autopista atraviesa las ciudades de Temple, Round Rock, Georgetown y Austin. Después de seis horas, la familia llega finalmente a Laredo.
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El impacto de la migración en esta zona, no sólo se refleja en los datos duros, también en sus calles, sus anuncios publicitarios, las estaciones de radio y entre aquellos que caminan por sus calles.
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Desde Michigan, Estados Unidos, hasta el Pocito, localidad perteneciente al municipio de Jalpan de Serra en Querétaro, hay más de 3 mil 200 kilómetros de distancia.
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Braulio Monrroy, sus cinco hijos y su esposa Heriberta, recorren este camino como parte de su regreso a México en la Caravana del Migrante, que concluyó su trayecto la noche del 14 de diciembre.
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Para llegar al rancho El Pocito y visitar a su familia, aún quedan alrededor de dos horas de camino desde Jalpan de Serra. Es decir, 69 kilómetros aproximadamente
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Las casas estilo chalet californiano no sólo son visibles en Valle Verde. En El Pocito, la casa de los Monrroy también asemeja una vivienda americana: construcción moderna de dos pisos, techo inclinado y garage enfrente.
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María Elena recibe a su hijo mayor con la gastronomía típica de la Sierra Gorda: tortillas hechas a mano, frijoles y salsa
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En El Pocito se encuentran María Elena Villeda y Flavio Monrroy Servín, padres de Braulio y de otros siete hijos: Ángel, José, Mario, Flavio, Gregorio, Rubén e Himelda. Todos los hombres se fueron a Estados Unidos cuando tenían entre 15 y 20 años.
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“Siento muy feo (cuando se van)... (Los recibo) con mucho gusto, con mucha felicidad cuando regresan. Es tanta la emoción que siento, que todo se me olvida en ese momentito”, comparte María Elena.