Danilo Sánchez Maldonado, mejor conocido como el Pandita Sonidero, ha tenido acercamiento con la música desde hace 15 años. En su pequeño espacio, monta en una base metálica su computadora, conecta el controlador y sus audífonos. A su lado está el güiro con el que comienza su espectáculo.

Pandita Sonidero, como tal, surgió a partir de un chiste de secundaria cuando bromeaba con un amigo a quien se le conocía como el Mínimo Metalero. Éste se enojó y le gritó el apodo que luego utilizó cuando se convirtió en DJ.

Desde la secundaria, al coincidir con el gusto por la música con sus amigos del barrio, comenzó a tocar la trompeta. Primero estuvo en la banda juvenil sinfónica y, posteriormente, en una banda de ska llamada Skatonykos.

“Mi acercamiento con la música fue con la trompeta y con lo que había escuchado. Aún creía en la revolución utópica, en que todo podía cambiar a través de la música, pero sólo tenía era mi trompeta, no tenía conocimientos musicales. Me enteré de la existencia de la banda sinfonía juvenil donde Sandy, la directora y una gran maestra, me apoyó y comencé. Luego vendría Skatonykos.

Pandita Sonidero cuenta que al convertirse en padre tuvo que buscar un trabajo fijo y se alejó de la banda de ska; sin embargo, mantuvo contacto con la música a través de un espacio llamado Radio Criminal, dedicado a la difusión cultural de bandas no comerciales. Ahí conoció a Toy Selectah, DJ de Control Machete, quien mezclaba cumbia con diversos efectos electrónicos. A partir de ahí, Pandita Sonidero siguió ese camino.

“La primera vez que conocí la cumbia fue con Toy Selectah, el DJ de Control Machete, una ocasión en que vino Querétaro. Esperaba que pusiera hip hop o algunas bases de Control Machete y mi sorpresa fue que puso cumbia, eso me revolvió la mente y comencé a escucharlo a él y a otros grandes. Es muy raro pero los DJ que comenzaban con la cumbia electrónica, no eran mexicanos”, explica.

Danilo comenzó a mezclar el reggae y la cumbia con la música electrónica y empezó a tocar en fiestas de amigos, bodas y otros eventos. Su nacimiento artístico fue hace cuatro años fue cuando lo invitaron abrir a una banda de Guadalajara llamada Master Plus.

Fue el primer evento-concierto, por decirlo así, al que iba la gente a escuchar cumbia, a partir nació el Pandita Sonidero porque la gente estaba bailando, esperando que alguien tocara cumbia y ese era yo. Eso debió haber sido en 2013, en julio”, recuerda.

Una de las anécdotas que cuenta Danilo es que una vez le tocó amenizar un lugar donde era usual el metal y el hardcore. Pensó que al ver a tipos rudos, con camisas negras y tatuajes, que en cuanto pusiera la primera cumbia, lo sacarían del lugar, pero su sorpresa fue ver a los rockeros bailando.

“Tenía ese paradigma de que la banda que hace tatuajes es hardore y punketa, pensé que me iban a bajar porque no bailan cumbia, antes tocó una banda de hardcore. Me pregunté qué hacía yo con mi güiro, sentía que era un gran reto y aventé las cumbias más movidas, pensé que si no bailan con eso no bailan con nada y la gente empezó a bailar”, comenta.

El paradigma del DJ. El sonidero forma parte del imaginario de algunos barrios tradicionales de la Ciudad de México, en el que la cumbia, las bocinas, el baile, los saludos y el cierre de la calle van dando forma a esta explosión musical. Danilo afirma que fue hasta marzo de este año, que pudo apreciar el arte de un sonidero, cuando lo invitaron a una tocada en el barrio de San Francisquito.

Su impresión fue mucha por la cantidad de bocinas que había en una calle. La cantidad de aparatos donde meten y sacan los discos compactos, mientras él llegó sólo con su computadora, el controlador y sus audífonos.

Para él la diferencia radica en la técnica, ya que mientras el sonidero tradicional utiliza la cumbia de grupos y artistas conocidos, el DJ de cumbia electrónica va mezclando una pista base de este ritmo musical con otras que no tienen que ver con el género. No obstante, para él fue toda una experiencia ver el trabajo que realizan.

“Jamás había visto concentradas tantas bocinas en un mismo espacio, casi toda la cuadra estaba repleta de éstas, pero era en la parte de la infraestructura, porque en la musical la banda sonidera pone la música o las pistas de agrupaciones que son famosas o tradicionales, y las va programando, no podría decir que mezclándolas porque es diferente la técnica.

“En la cumbia electrónica, hacemos lo que le llamamos mashups, que es de una canción que no necesariamente es cumbia pero le metes la base de este ritmo y se convierte en una rola con cumbia”, explica.

Pandita afirma que en ese momento, lo único que los unía era la música pese a realizar una misma actividad. Cada uno, a su manera, el sonidero con sus bocinas y las charolas enteras de CD’s y él con su computadora, las mezclas y los efectos electrónicos. Era el barrio contra el barrio, decía.

“Eso fue un choque tremendo, porque era lo mero tradicional del barrio con otra cosa que también es del barrio pero no es tan tradicional; a lo mejor el único punto que nos unía es la música y la gente que estaba afuera podía no notarlo pero nosotros que estábamos trabajando de este lado veíamos que eran unas cosas completamente diferentes entre lo que hacían los sonideros y la otra banda que tocábamos como DJ set”, precisa.

Odín y el moño colorado.

Hace unos meses Pandita Sonidero acudió a Sueciapor invitación de un joven que estuvo en Querétaro haciendo pinta de murales. Estuvo en el Forest Star Festival que se realizó del 10 al 14 de agosto.

En su andar en tierras suecas pudo tocar en varios bares, plazas, jardines y también entre árboles. El escenario para el que estaba invitado, fue en un bosque, en donde el Pandita Sonidero puso a bailar a los vikingos con la canción “La del moño colorado”. Para él fue una experiencia distinta ver a europeos, bailando cumbia.

“Inicialmente iba a tocar dos horas, pero se puso tan bueno [el evento] que la organización dio la oportunidad que tocáramos tres horas y media de cumbia. Imagínate estar en Suecia, en el bosque de Odín, yo estaba poniendo la canción “La del moño colorado”. ¿Te imaginas a toda la banda vikinga bailando esa rola?”, expresa

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