Alejandro Reséndiz Martínez es el presidente del grupo de trabajo Santillán, encargado del nuevo invernadero para producir grana cochinilla. Después de leer un artículo sobre los beneficios y áreas de oportunidad que ofrece la crianza y control de este insecto, el hombre se dio a la tarea de desarrollar el proyecto, que por fin se cristalizó en la comunidad de El Santillán, en el municipio de Tequisquiapan.

Tiene 26 años y es ingeniero agrónomo. Desde febrero del año pasado presentó el programa ante la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) en busca de recursos; la gestión se aprobó meses más tarde, en julio, cuando comenzó la creación e instalación del invernadero, que ayer fue inaugurado por las autoridades estatales.

“Aquí en México este tipo de producción es una innovación. Anteriormente trabajaba en una gerencia de ventas, que se dedicaba a las flores, pero me gusta mucho meterme a la red y, una vez por medio de redes sociales, encontré un artículo de la Universidad Autónoma de Querétaro sobre la producción de grana cochinilla. En primera instancia nunca había escuchado sobre esa producción, me llamó la atención e investigué de lo que trataba”, contó el joven, en medio de los anaqueles en donde están colgadas las pencas de nopal que sirven como incubadoras.

Otra de las inquietudes de Alejandro fue que la crianza de la grana cochinilla conlleva otros procesos además de su crianza y trato.

“Aquí en el invernadero son varios procesos y varios beneficios, es la grana cochinilla y sus aportaciones, el nopal, la penca madre, se pueden hacer curtidos, nopales en vinagre, se puede hacer botana de nopal, mermelada de nopal, que es algo que queremos incluir en este proyecto más adelante, eso es lo que me gusta, que el trabajo no simplemente se quede en un proceso”, explicó.

Resalta, además, que es un proyecto en el que trabaja la mayoría de su familia: “Cada uno tiene repartidas sus actividades, mi esposa se encarga del control, desde cuándo se metió la penca, cuándo se infectó, cuándo se cortó, está al pendiente de todo el registro; mi mamá es la que se encarga de las finanzas como tesorera; mi abuelita, por ejemplo, fue la que puso las tierras para trabajar, y mi cuñado y hermanas se vienen a trabajar en cosas que no son muy pesadas. Al momento que nos llueve todos estamos aquí al pendiente”.

Con el paso del tiempo, platicó Alejandro, se prevé que se necesiten otras seis personas adentro del invernadero y otras seis para que trabajen afuera, “es la idea para que se controle todo el proceso, es mucha fuente de empleo”.

“A largo plazo la idea es poner nuestro propio laboratorio, para extraer el tinte como tal de la grana cochinilla. Es decir, que además de vender el insecto, podamos vender el puro colorante como un complemento del proyecto”.

Asesor especialista

El proyecto consiste en un invernadero de mil 053 metros cuadrados, dentro del cual habrá 13 nopalotecas (estructuras en donde se realiza la infestación), en donde caben un millón 638 pencas para la crianza del insecto, las cuales se distribuyen en cuatro hectáreas de plantación de nopal.

Javier Viñolo es el asesor del proyecto, de origen español, se ha dedicado a la especialización de la grana cochinilla. Es el que quien da los datos técnicos.

El hombre destaca que llegó a Querétaro para quedarse: “Vine aquí hace siete años a un invernadero, pero en el transcurso conocí a mi mujer, nos casamos, tuvimos hijos, ahora vivo en Tequisquiapan, es muy tranquilo. Mi familia era agricultora allá en España, en Almería, así que aprendí bien esto, el cultivo de pepino, de tomate, cualquier cosa. La grana cochinilla es originaria de México”.

La primera evolución se logra entre los 18 y 25 días después de que se infesta (depende el manejo y control del invernadero), pero es cuando crece y se alimenta mejor, explicó.

La segunda etapa inicia entre los días 55 y 65; Voñolo detalló que, de lo que se infesta de la penca, 80% del insecto que hace su segunda transformación se convierte en hembra adulta y 20% se convierte en macho.

La capacidad de producción del invernadero en la actualidad es de 3 mil 268 kilos, poco más de tres toneladas al año.

Sostuvo que es un número que se puede incrementar en el porcentaje de infestación de la penca, “conforme vayan teniendo el manejo y control de la penca en la plantación, la penca estará más joven con un buen tamaño y su piel más fina, que hace que se tenga un mayor porcentaje de infestación, se alimentan mejor las grana cochinillas y tendrán más peso”.

Actualmente, el kilo de grana cochinilla está en 50 dólares. Una producción de tres toneladas dará alrededor de 3 millones de pesos pero, se tendrá un costo de producción de un millón 200 mil pesos.

La tinta que resulta del proceso de producción de grana cochinilla es utilizada en las industrias textil (colorantes de ropa), alimenticia (colorantes artificiales comestibles), farmacéutica y en cosméticos.

En el mensaje de inauguración, el presidente municipal de Tequisquiapan, Raúl Orihuela González, agradeció a los tres niveles de gobierno por creer en los tequisquiapenses, al impulsar estos proyectos de invernadero, con el objetivo de generar más empleos y fortalecer la producción de grana cochinilla, para conseguir su comercialización en los mercados nacional e internacional.

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