Es el mediodía y la manifestación se da afuera del Hospital General del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) en Querétaro.

Los participantes, trabajadores del ISSSTE que están acompañados por líderes sindicales, se plantan en la explanada. Al interior, del otro lado de la reja, familiares de pacientes internados.

Las pancartas de los inconformes señalan que la manifestación es porque el personal de la institución no tiene el material médico necesario y suficiente para atender la emergencia sanitaria por el Covid-19.

Silvia Rivera Hernández, dirigente de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), señala, entre consignas, que lo “único que estamos pidiendo es que las autoridades resuelvan todas las necesidades de los derechohabientes en cuestión de medicamentos, de cirugías, de personal. Esto es un problema que venimos arrastrando desde hace mucho tiempo.

“Aquí vinieron unas autoridades y dijeron que la corrupción se acabó, que ahora todo iba a funcionar. Pero no ha habido resultado. Han sido sólo palabras”, indica.

Entre los quejosos también están líderes en el estado de diferentes sindicatos de dependencias gubernamentales federales.

Afuera, familiares de los pacientes observan la manifestación. Los vigilantes, muchos de ellos adultos mayores, quienes no deberían laborar en estos días de emergencia sanitaria y pandemia, están ahí.

La manifestación entra, de a poco, al hospital. El nosocomio no es hospital Covid, pero está rodeado de cinta amarilla para evitar que las personas se aglomeren alrededor.

Los manifestantes muestran cartulinas con las demandas que se han visto en las últimas semanas: falta material médico, ventiladores, camas… elevadores.

Dice que los elevadores del hospital siguen sin funcionar al 100%. Que, de los dos que deberían estar en servicio, sólo uno es útil y por ahí suben y bajan pacientes, personal, alimentos y ropa sucia.

Señala que hay pacientes que tienen que esperar de ocho meses a un año para ser operados. Afirma que hay pacientes que necesitan hemodiálisis y que no tienen acceso a este tratamiento, lo mismo pasa con pacientes con cáncer.

Los manifestantes avanzan hacia la puerta del edificio. Quieren ser atendidos por las autoridades del ISSSTE en la entidad. Quieren hablar con Eduardo Escobar Barrios, subdirector administrativo del hospital del ISSSTE.

En lugar de eso, elementos de la Guardia Nacional suben hacia la explanada de acceso. “Ese es el diálogo de las autoridades”, gritan.

“No queremos más diálogos que sólo tienen una situación política. Lo más importante para un trabajador es estar bien. Si no está íntegro en su salud no va a desempeñar adecuadamente su función”, subraya Silvia Rivera.

Durante la realización de la protesta, se escucha el grito de alarma de un manifestante que dice que sacaron a la calle los muebles de la sede sindical —que se encuentra a un costado del hospital del ISSSTE—, ahí se halla mobiliario.

Los trabajadores dicen que esperarán a un notario público para levantar un acta y un inventario.

Adriana Ortega, representante sindical, dice que ese espacio era una clínica, pero se dejó en el abandono. “Cuando nosotros la retomamos había que arreglarle; invertimos en pintura, infraestructura hidráulica, en todo”, explica.

Acusa a la administración del ISSSTE el estado del desalojo, pues por la mañana les habían advertido que si llevaban a cabo su protesta serían desalojados. Dice que fue Mariana Brígida Morán Cabrera, encargada administrativa de la delegación del ISSSTE. “Ella dio la orden de desalojo”, asegura.

Agrega que la amenaza de represalia fue directamente de ella, en la mañana les hizo una llamada.

La manifestación termina con los quejosos esperando un notario público. Afuera del hospital, cercado y vigilado por la Guardia Nacional, los familiares de los pacientes esperan en la calle.

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