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Las filas en los cajeros automáticos son largas. La gente acude para disponer de sus quincenas. Los cuerpos están muy cerca unos de otros, casi se respiran en la nuca. No pasa nada. Al igual que en otros espacios públicos, la vida sigue su curso habitual, a pesar de que ya se confirmaron los primeros casos de Covid 19 en México.
En Querétaro ciudad no hay temor entre la gente. Las calles del centro de la ciudad lucen llenas de personas que salen a pasear en familia, que buscan algo para comer, que hacen sus compras, que salen a hacer ejercicio, que viven sin mayores preocupaciones.
En los centros comerciales la gente acude en familia a hacer sus compras, a pasear, a almorzar. En las calles del centro histórico de Querétaro se repite la historia. Las familias pasean sin mayores preocupaciones.
Avenida Zaragoza, entre las avenidas Pasteur y Corregidora, lugar habitualmente concurrido, luce como cualquier sábado. Avenida Corregidora también. Los negocios de los diferentes giros permanecen abiertos al público. En los locales donde se vende comida se colocan botes de gel antibacterial que es buscando por los clientes. Eso es lo más que se puede observar.
Un hombre con su familia (su esposa y dos hijos adolescentes) camina viendo los aparadores. Bromea un poco con la presencia del Covid 19. “De algo nos vamos a morir”, dice mientras sonríe. “Mientras no podemos dejar de vivir”, remata.
La encargada de uno de los locales de comida dice que la cantidad de clientes no ha disminuido. La gente sigue saliendo a los diferentes lugares, ya sea para pasear o hacer sus compras de fin de semana.
Llama la atención que en todos los cajeros de la ciudad hay gran cantidad de personas que acuden a disponer de efectivo. Desde el viernes en la noche se pudieron observar largas filas en todos los bancos.
El fin de semana se llevan a cabo varios eventos importantes y en donde se reúne gran cantidad de personas. Uno de ellos es el Segundo Encuentro Internacional Corregidora 2020, donde representantes de diferentes países que radican en Querétaro llevan a cabo un evento para mostrar sus culturas a los queretanos.
Ahí, la gente pasea, compra, bebe y come lo que los diferentes stands ofrecen de las naciones ahí presentes. Nadie lleva cubrebocas. Hay en algunos lugares dispuestos botes de gel antibacterial. Las medidas de sanidad son mínimas, lo que demuestra el poco temor que pudiera existir entre los queretanos.
Ya se tiene experiencia en estos fenómenos. Hace 11 años el brote de A-H1N1 en la Ciudad de México y el país. Las medidas aplicadas en esa ocasión fueron un referente para lo que puede hacerse ahora, en 2020 con el Covid 19.
No hay personas con cubrebocas en las calles. No hay gente, familias encerradas en casa, para evitar los contagios. Los queretanos siguen con sus vidas con relativa normalidad, con sus calles llenas de autos, avenidas congestionadas y dificultades para estacionarse en el primer cuadro.
Incluso, la cantidad de turistas que visitan Querétaro se mantiene estable. Los tranvías que ofrecen servicio a los visitantes operan con normalidad.
“Los cubrebocas están agotados”
Por su parte, algunas farmacias de la ciudad de Querétaro presentan desabasto de cubrebocas.
En una sucursal de una cadena de farmacias, ubicada en el anillo vial Fray Junípero Serra, la gente hace largas filas. Muchos van a comprar medicamentos, pero otros acuden a comprar gel antibecterial y cubrebocas.
La espera se hace tediosa, pues una sola encargada es la responsable de atender a los clientes, cuando por lo regular hay varias empleadas que atienden y un par de ellas que cobran en las cajas.
Desde el viernes por la noche las filas comenzaron, luego de que se conoció que se habían confirmado dos casos de Covid 19. Para el sábado eran ya tres los casos, aunque de acuerdo a las autoridades todos bajo control y sin riesgo para la vida de las pacientes.
En la farmacia la encargada, cuando ve que hay muchas personas en la fila, grita que los cubrebocas están agotados. Algunos clientes, decepcionados, salen a toda prisa en búsqueda de otras farmacias donde comprar este producto. La mayoría de los clientes esperan su turno. No van a comprar este producto que algunos clientes ya buscan, a pesar de que los expertos digan que su uso sólo sirve por un par de horas, pues de ese lapso ya su efectividad es inútil.
En otras farmacias se repiten las mismas escenas. En una sucursal de otra farmacia una mujer discute por teléfono con alguien del otro lado de la línea. “Que no. No sirven. Te digo, dicen que si les echas agua en spray todo se trasmina. Igual pasa con la saliva. Los cubrebocas son inútiles. No voy a comprar”, dice la mujer rubia y de unos 50 años, con un tono que raya en la desesperación.
La mujer sale de la farmacia. Antes compra una cajetilla de cigarrillos y se dirige hacia una camioneta negra. La aborda tras prender el cigarro y se marcha, sin haber comprado los cubrebocas.
En las calles de Querétaro, a diferencia de otras ciudades, hay calma. A lo mucho la gente está nerviosa por lo que pueda pasar, pero mientras llega ese momento, los queretanos viven su vida sin mayores preocupaciones, esperando que así siga todo.