Cuando escasea el dinero en su casa, Víctor no asiste a clases, aún cuando está inscrito en un bachillerato público y gratuito. Su madre, Sandra Aguilar, sufre diariamente para darle los 58 pesos que le cobran las líneas de autobuses (Amealcenses y Pegasso) por llevarlo y traerlo del plantel. Un gasto familiar de mil 160 pesos al mes, sólo de pasajes para el mayor de tres hermanos.

El estudiante vive en la comunidad de Hacienda Blanca, situada a 20 kilómetros de la cabecera municipal de Amealco de Bonfil, donde está el colegio. La única ruta de conexión es la Carretera Estatal 300, sobre la que circula dicho transporte.

Sandra cocina en un puesto de un mercado, mientras que Raúl, su esposo, sólo va al pueblo los domingos, porque el resto de la semana trabaja como guardia en un fraccionamiento de Querétaro.

“Primero Dios vamos saliendo”, dice la señora, vertiendo la esperanza de que cuando su hijo acabe su carrera técnica de químico industrial la situación familiar mejore.

Pobreza y deserción escolar

Las dificultades económicas dentro de los hogares queretanos son la principal causa de deserción académica en el bachillerato. Así lo muestran datos locales contenidos en el Índice Nacional de Abandono Escolar y Eficiencia Terminal, elaborado por el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep).

En el estado de Querétaro, la deserción escolar origina que tres de cada 10 jóvenes dejen la preparatoria; y de los siete que egresan, sólo cuatro acudan a la universidad. De estos últimos, un máximo de tres concluye la carrera y sólo 1.5 se titula.

Tal es la problemática que enfrenta el sistema estatal de Educación Media Superior (EMS), que el año pasado registró el ingreso de 62 mil 930 alumnos en prepas y bachilleratos públicos, así como 20 mil 698 en privados.

Con una tasa de 64.6% en Eficiencia Terminal (ET) dentro del nivel medio superior, Querétaro ocupa el lugar 18 del país, por debajo de Jalisco, Nuevo León y Puebla, que tienen porcentajes de 72%, de acuerdo con el Reporte 2017 de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

En las mismas cifras, la entidad queretana se encuentra dentro del segundo grupo nacional con mayor grado de abandono escolar en sus preparatorias, con una tasa de 11.2%. El porcentaje anterior duplica el menor de la escala (Morelos, 20.8), pero es superado por Nuevo León y Jalisco, que tienen 9.5 y 3.2, respectivamente.

Sin descuento para estudiantes

Sandra Aguilar no descarta el riesgo de que su hijo Víctor llegue a abandonar el Conalep, donde el pasado agosto inició su tercer semestre.

Sin embargo, dice que si eso pasara “no será por falta de ganas”, sino por el alto costo del transporte.

“Yo digo que si andamos de uniforme y traemos la credencial deberían descontarnos algo, pero nos dan puro cuerno”, dice Víctor, quien para llegar a su plantel debe levantarse a oscuras, antes de las 05:00 horas, para caminar los dos kilómetros que separan su pueblo del borde de la carretera, donde pasa el Amealcense.

Tanto por la Carretera Estatal 300 (Amealco-Santa Lucía) como por la Federal 120 (Amealco-Galindo), las empresas de autobuses suplen la falta de transporte público haciendo paradas en las cercanías de una veintena de pueblos (La Cruz, Bordos Cuates, Agua Blanca, La Esperanza, San Antonio, San Miguel Deheti, La Laguna, Los Chales y La Joya, entre otros).

Si bien las firmas de autotransporte detentan sus concesiones de manera exclusiva, no otorgan ningún descuento a los escolares. Las tarifas van de 14 a 36 pesos, según la distancia. Las únicas rebajas (de 50%) se dan durante las vacaciones, cuando ya no se requieren tanto.

En el caso de la carretera estatal, los estudiantes se trasladan desde alguno de los 15 pueblos de la ruta (La Cruz, Bordos Cuates, Agua Blanca, La Esperanza, San Antonio, San Miguel Deheti, La Laguna, Los Chales y La Joya, entre otros) hasta los céntricos bachilleratos del ayuntamiento.

Lo mismo ocurre sobre el camino federal que une Amealco con la población sanjuanense de Galindo, donde los camiones de líneas turísticas, algunos tan deteriorados como la misma carretera, trasladan en ambas direcciones hasta a chicos de secundaria, viajando solos.

Afecta a 60% costo del transporte

El alto costo del transporte fue determinante hasta en un 58.5% para abandonar la escuela, reveló la Encuesta Nacional sobre Niveles de Vida de los Hogares, realizada por la Universidad Iberoamericana y el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

El dato complementa la Encuesta Nacional de Deserción, elaborada cada año por la SEP, la cual engloba las “dificultades económicas” como primera causa del abandono de las aulas, pero no destaca la importancia que tiene el costo o falta de transporte público en la continuidad académica.

Tuvieron que trabajar

“Tuve dificultades económicas” y “opté por trabajar”, fueron las dos primeras causas expuestas por 23% de los jóvenes que renunciaron a los planteles queretanos del Conalep durante el ciclo 2013-16. Un periodo que resultó con una eficiencia terminal promedio de 55%.

La institución a cargo de la SEP posee cuatro colegios en la entidad: Amealco, San Juan del Río y dos en Querétaro, uno de estos con especialidad en aeronáutica.

La eficiencia terminal de los Conalep sólo fue destacada en San Juan del Río (70%), mientras que en los restantes apenas rebasó la media nacional (49%), quedando así: Amealco (55%), Querétaro (51%) y Querétaro-Aeronáutico (44%).

Como motivos secundarios para dejar de estudiar, las chicas y chicos dijeron: “me embaracé” (5%), “me expulsaron” (4%) y “no me gustó la carrera” (2%). Para complementar la cifra, el índice de “reprobados” por parte de la autoridad escolar fue de 65%.

Camión gratis, sólo con nueve

Con un promedio académico de nueve, Brian Nava es uno de los pocos alumnos del Colegio de Bachilleres de Amealco de Bonfil que tiene derecho a viajar en uno de los dos camiones que el gobierno del estado facilitó a este municipio hace un año.

Pero se trata de un programa de transporte para secundaria y preparatorias casi experimental, que en el caso de este plantel, con 300 alumnos, sólo alcanza a servir a una veintena, siempre y cuando viva dentro de ciertas rutas.

En este municipio que tiene 160, de 175, comunidades inscritas en las tablas oficiales de marginación y rezago social, sólo 30% son cubiertas por furgonetas de transporte colectivo, las que cobran de ocho a 15 pesos.

El resto de los alumnos (alrededor de mil 500) debe viajar en Amealcenses o Pegasso, empresas que cobran tarifas tres veces arriba que las de los pocos colectivos.

Barrios pobres, mayor deserción

El 70% de los planteles del Colegio de Bachilleres del Estado de Querétaro (Cobaq) tuvo cifras de Abandono Escolar mayores a la media estatal, y en el caso de las sedes ubicadas en las zonas de mayor pobreza, los índices de deserción se duplicaron.

El Cobaq de San Miguel Tlaxcaltepec, en Amealco; Agua Zarca, en Landa de Matamoros; Ceja de Bravo, en Huimilpan; San Pedro Escanela, en Pinal de Amoles; San Nicolás, en Tequisquiapan, así como tres situados en colonias populares de Corregidora, obtuvieron tasas de deserción escolar de hasta 24.5%, cuando el promedio estatal fue de 11.2.

En la estadística del Cobaq para el ciclo 2016, también puede verse que en barrios populares de esta capital, como Real de San Miguel o Constitución de 1917, los planteles del citado órgano educativo tuvieron tasas de eficiencia terminal de 45.5% y 39.4%, que fueron inferiores al del promedio estatal (64.6).

Sin dinero para pasaje, cinco de cada diez

A nivel nacional, la deserción escolar por dificultades económicas o de índole familiar es aún más grave.

“Faltó dinero en el hogar para pagar útiles y pasajes” dijo 49.7% de los jóvenes preparatorianos que desertaron del ciclo académico iniciado en 2012, según la Encuesta Nacional de Deserción, realizada por la casa Buendía & Laredo por encargo de la SEP.

Como razones secundarias, las mujeres encuestadas dijeron: “me embaracé” (19.6), “me casé” (17.3), “me disgustaba estudiar” (14.8) y “reprobé materias” (9.7).

En cuanto a los varones, los motivos secundarios de la deserción fueron: “entré a trabajar” (21.1), “me disgustaba estudiar” (20.7), “no entendía a los maestros (18.1), “reprobé materias” (16.2) y “me casé” (6.0).

Brecha educativa

El documento de la Encuesta Nacional de Deserción define dos de las afectaciones sociales más graves del fenómeno del abandono de la escuela:

“La deserción escolar afecta no sólo los ámbitos económico y social de los jóvenes. Las brechas educativas se traducen en sociedades fragmentadas y las brechas se amplían. La deserción significa más que la interrupción de un proceso de transmisión de conocimientos, por demás valioso, pues se debilita la función educativa de coadyuvar a la cimentación de una ciudadanía responsable”.

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