Un oficial llama a los soldados a formación en la explanada de la sede de la 17 Zona Militar. El sitio, minutos antes lleno de automóviles, luce casi desocupado. La ceremonia por el 106 aniversario del Ejército Mexicano y los invitados dejan el lugar para los efectivos castrenses, quienes vuelven a sus actividades diarias.
La 17 Zona Militar se viste de gala para festejar un año más del Ejército. Los alimentos está servidos, incluso el mariachi Los Rancheros ameniza el desayuno de las autoridades castrenses y civiles. Llegan entonando Las Mañanitas, que son dedicadas para las Fuerzas Armadas.
En el acceso, un grupo de soldados recibe a los invitados, a quienes les piden identificarse y les indican que sigan la avenida de acceso.
Los elementos castrenses indican a los invitados el lugar donde estacionarse. Metódicos, ordenan a los conductores los sitios. Los invitados especiales, como funcionarios públicos, descienden en las cercanías del comedor, donde habrá de llevarse a cabo el desayuno y el reconocimiento a elementos del Ejército con más años en activo.
A los costados del camino son dispuestos algunas de las unidades blindadas con las que cuenta la zona militar. Fueron lavadas a conciencia para la ocasión, pues hasta las llantas lucen un color negro intenso.
Arribo de los invitados
Poco a poco el estacionamiento se llena de autos y camionetas del gobierno estatal, así como de distintos municipios que son invitados a la conmemoración.
Afuera, los representantes de los medios de comunicación se mezclan con los empleados de Comunicación Social. Todos son llevados a una carpa, a un costado de la explanada, donde un par de meseros les ofrecen café y galletas.
Al interior del comedor, la mayoría de los lugares ya están ocupados por elementos del ejército. Todos portan sus uniformes, impecables. Mantiene la postura, a pesar de que llevan tiempo ahí sentados. Los oficiales llevan sus uniformes de gala. También los civiles ocupan sus sitios, aprovechan para charlar e intercambiar opiniones o comentarios.
La espera se prolonga unos minutos más. Aguardan la llegada del gobernador Francisco Domínguez Servién. Al interior ya están el general de Brigada Diplomado del Estado Mayor, Inocente Prado López, comandante la 17 Zona Militar; José Antonio Ortega Cerbón, presidente del Tribunal Superior de Justicia del estado; Juan Martín Granados Torres, secretario de Gobierno; Alejandro Echeverría Cornejo, fiscal del estado; Juan Marcos Granados Torres, secretario de Seguridad Ciudadana, y poco antes de la llegada del gobernador, arriba el alcalde de Querétaro, Luis Bernardo Nava Guerrero.
El maestro de ceremonias presenta y agradece la presencia de los servidores públicos en el desayuno.
Antecedentes
El orador oficial es el general Prado López, quien hace un recuento de la historia en estos más de 100 años del Ejército como tal, además de nombrar brevemente algunos pasajes prerrevolucionarios.
Atentos, los militares escuchan a su general decir que “nos complace estar reunidos en esta emblemática ciudad de Santiago de Querétaro para celebrar el centésimo sexto aniversario del Día del Ejército, el ejército de todos los mexicanos. Institución integrada por mujeres y hombres que son reflejo fiel de la diversidad social, étnica y cultural de nuestro país, herederos de nobles tradiciones que se fueron atesorando con las hazañas de muchos mexicanos que lucharon en la Independencia, la Reforma y la Revolución, así como en las injustas intervenciones extranjeras”, dice.
Recuerda que la fecha que da origen al Día del Ejército se remonta al 18 de febrero de 1913, cuando Venustiano Carranza, en ese entonces gobernador de Coahuila, recibió el telegrama enviado por Victoriano Huerta, en el que expresaba que había sido autorizado por el Senado de la República para cubrir el Poder Ejecutivo y que estaban presos el presidente Francisco I. Madero y su gabinete.
La reacción de Carranza, continúa el general, fue reunir a sus colaboradores más cercanos que concluyeron que el Senado no tenía las facultades para autorizar la traición de Huerta.
El 19 de febrero el Congreso del estado de Coahuila le concedió facultades extraordinarias a Carranza para armar fuerzas, con el fin de restablecer el orden constitucional de la República.
“De esa manera se conformó el Ejército Constitucionalista, para restablecer el Estado de Derecho y la conformación de las bases de la vida democrática de nuestra nación”, subraya. Los Tratados de Teoloyucan, firmados en agosto de 1914 marcaron el final de la usurpación de Huerta y la desmovilización del Ejército Federal y el triunfo del Ejército Constitucionalista”, agrega.
Tras el desayuno, donde el único orador es el general de la 17 Zona Militar, los invitados se retiran. Los funcionarios salen a toda prisa, casi sin voltear a ver a nadie, a paso veloz. Muchos de ellos deben de cumplir con otros compromisos de su agenda.
Poco a poco las instalaciones militares vuelven a la normalidad. Los civiles abandonan el lugar, mientras los efectivos comienzan su formación en la explanada. Todo vuelve a la normalidad.