Con organización, disciplina, unidad, solidaridad y paciencia es como vive la cuarentena por el Covid-19 Perla Sánchez, una queretana que radica en Madrid desde finales del año pasado.

Ella es fotoperiodista, está casada con un francés y tiene un hijo de dos años; ellos han hecho lo posible para continuar la “rutina” de los días habituales, aunque lo más difícil, cuenta, es ver que su pequeño arrastra la mochila a la puerta del departamento para ir a la escuela.

“Son de los momentos más difíciles, cuando ve que voy a salir me pongo el abrigo y me dice que le ponga el suyo, a veces en la mañana arrastra su mochila y me dice que es hora de ir a la escuela (...) La organización y disciplina es lo que puede rescatar una cuarentena”, dice.

Entorno familiar

Parte de la rutina de Perla es levantarse cuando suena el despertador, tomar un baño, desayunar, enseguida su esposo inicia el home office mientras ella cuida del pequeño Maximilien y le pone actividades educativas, alrededor del mediodía toma un descanso para no aturdir al niño con demasiadas lecciones y encima el encierro.

#Covid-19| Así es el día a día de una familia queretana, en Madrid
#Covid-19| Así es el día a día de una familia queretana, en Madrid

Una de las acciones que han puesto en práctica a raíz de los días de resguardarse en casa es hacer yoga familiar, Maximilien imita lo que los niños del internet hacen; Perla reconoce que su hijo es muy creativo y eso es una ventaja ya que se entretiene pintando, bailando o haciendo manualidades; entre 16 y 17 horas puede ver un poco de tele, ya que es la hora en la regularmente llega de la escuela.

“Lo más importante como desfogue es que ya puedes digitalizar todo, estoy acostumbrada a salir, tomar fotos, cubrir eventos, lo que hago con mi hijo es mostrar un poco de esa gran herramienta, si queremos aprendemos un número ya se busca algo didáctico”, cuenta mientras el pequeño ve caricaturas.

Ella destaca que le explica a su niño la situación por la que atraviesa el país en el que viven, y porqué no han ido al parque, a las plazas o a la escuela, es en forma de cuento y con base en recompensas para que cuando ella o su esposo deban salir al súper o trabajar él se porte bien; además le dicen que el clima de afuera puede hacer que se enferme, por eso hay que lavarse mucho las manos.

La situación al exterior, comenta —al mostrar las ventanas cerradas de los edificios contiguos— es de total desolación, las calles que antes tenían un ritmo constante de peatones y vehículos ahora están solas, incluso las plazas más visitadas por turistas ahora lucen vacías, con restaurantes cerrados; sólo pueden salir quienes van a trabajar, al súper o a la farmacia.

Aclara que, a diferencia de México, allá los supermercados son pequeños, tienen todo lo necesario pero no son tan grandes, por tal motivo las compras se hacen, por lo regular, una vez a la semana.

“Si hay desabasto de víveres principales, agua, papel sanitario, no hay compras de crisis; son medidas que se han tomado por días (...) Primero sólo fue una llamada de atención de quédate en casa, hay probabilidad de infección, después fue ‘ya solo se quedan abiertas tales tiendas’, y ahora ya sólo están abiertas farmacias y supermercados y tienen horarios específicos, abren a las 9 y cierran a las 16 horas, porque se da medio turno a los empleados”, señala.

Para evitar que la gente incumpla con dichas medidas de sanidad se implementó un método de multas de 120 euros si no se comprueba porqué se salió a la calle, y hasta 3 mil euros para quienes lleven en su auto a más de una persona.

#Covid-19| Así es el día a día de una familia queretana, en Madrid
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Perla lleva un permiso —de la agencia en la que trabaja— en la que se autoriza salir a hacer fotoreportaje o videoreportaje y con la acreditación la dejan pasar.

“Para esto te piden el DNI que es el número de identificación para que coincida con la zona donde estás dado de alta, el problema no sólo es para la gente que quiere ganar un dinero extra, es para aquellos que no tiene papeles”, refiere.

El rayo de sol

Dentro de todas las cosas negativas que tiene la cuarentena y la pandemia, lo bonito —dice Perla— es darte cuenta cómo se han organizado diferentes sectores, sobre todo las mujeres para que no se opaque la violencia que sufren, de sus parejas o cualquier persona.

“Al obligarte al estar en cuarentena puedes estar con una persona que tienes que aguantar porque no sabes a donde ir (...) De los movimientos más interesantes que he visto es la organización de las mujeres, hay claves, puedes salir con una cacerola, pedir en la farmacia un cubrebocas con cierto código para advertir que está en riesgo, pedir un número de WhatsApp y mandar mensaje”, relata.

Hizo un llamado a los colectivos y organizaciones feministas para que en México se desarrollen estos mecanismos para las mujeres que son violentadas.

Otra de las cosas que alegran el día, agrega, es encontrar letreros de solidaridad en el elevador de la puerta de acceso en el edificio donde vive, con mensajes de gente que se propone para ir a tirar la basura, para cuidar a alguien o hacer las compras de víveres.

“Hay uno especifico que pusieron ‘nosotros somos de sanidad, vivimos en el tercer piso, si necesitan alguna cosa aquí estamos’, la solidaridad que he visto en la gente es buenísima”, expresa.

Además, diario, a las 20 horas la gente sale a aplaudir a quienes siguen trabajando.

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