Día de Asamblea en la Liga MX, y el tema principal no será sobre cuestiones económicas o deportivas, sino la posible desafiliación del Querétaro, por los grotescos actos violentos vividos el sábado en el juego ante el Atlas.

La Asamblea es el órgano por el cual se puede llevar a cabo la desafiliación, con base en votación, y ha trascendido que hay un bloque de dueños que aprovecharán el incidente para borrar del mapa a un socio que ha sido gris desde el inicio y no proyecta mucha estabilidad.

Lo que parece seguro es que, si el Querétaro desaparece, la plaza difícilmente podrá volver a tener futbol profesional.

El artículo 66 del reglamento de competencia sustenta esto, ya que en su inciso D estipula que puede ser motivo de desafiliación que un club “ponga en riesgo la viabilidad de cualquier competencia organizada por la FMF”, lo cual sucedió.

A decir del abogado en derecho deportivo Rafael Schroeder, parte de la firma Courtside Sports Law Advisors, “esto sería un golpe definitivo para el equipo, la ciudad, el estado”.

La explicación es muy sencilla: “Con esta tragedia, aunada a la desafiliación, la Liga MX o la Federación Mexicana de Futbol se negarían a dar el visto bueno para que el futbol vuelva ahí, además de que ningún empresario se arriesgaría”.

Opciones. Se analizan varios escenarios a tratar. Si la desafiliación es por lo que se vota, a la Liga MX y la FMF se le vendrían varios problemas: “¿Qué pasaría con el cuerpo técnico, jugadores de la Liga varonil y femenil? Habría que indemnizarlos”, comenta Schroeder. “El club tendría que pagar los sueldos completos hasta que termine el torneo, y quizá tres meses más. Si hay contratos por más tiempo, se podría llegar a un arreglo y, si los jugadores o técnicos no aceptan, meterían su queja a Controversias”.

Serían agentes libres para firmar con quien quieran.

Otro camino sería llevarse el equipo, y desafiliar sólo al dueño, el empresario Gabriel Solares. La Liga conseguiría quien lo administre.

Por último, pero una alternativa que cobra mucha más fuerza, es que el club sería multado por más de medio millón de pesos y La Corregidora no se volvería a abrir en el torneo.

Los actuales dueños del Querétaro pueden hacer algo para defenderse de esto: “Si los desafilian, pueden apelar ante la FMF en un plazo no mayor a 72 horas y, si pierden, pueden ir al Tribunal de Arbitraje Deportivo. Tienen 21 días para interponer su apelación ante el TAS, en Lausana, Suiza”.

Una franquicia más en el futbol mexicano está en el aire. Este día, en Toluca, los pulgares decidirán si continúa o no, y con esto el futuro de jugadores, jugadoras, jóvenes promesas y personal administrativo, estará en el aire.

Tal parece que a los Gallos Blancos, el futbol mexicano los quiere fuera.

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