GUADALAJARA.— Al pie del féretro, una fotografía. Salvador Reyes Monteón luce ya el paso de los años. En la imagen, colocada en un caballete, porta con orgullo uno de sus grandes amores: la camiseta rojiblanca. No es un domingo de futbol como los que tantas veces vivió. Se trata del adiós de una leyenda del Campeonísimo.

La capilla B del velatorio es adornada por decenas de arreglos florales. El Guadalajara está de luto. El futbol mexicano lamenta la muerte, a los 76 años de edad, de uno de sus máximos representantes.

Uno de esos adornos de rosas cargadas con la tristeza de la despedida tiene un banderín triangular. Es casi por completo de color blanco. Sólo tiene una franja roja que lo atraviesa de la punta a la base. Y una elocuente frase: “Para nosotros, nunca te irás Chava Reyes”.

Familiares, amigos, aficionados, gente de futbol… Todos acuden al adiós del máximo anotador en la historia de Chivas (122 goles), del hombre que siempre tenía una broma preparada para alegrar el día a quien se encontrara en su camino.

Su hijo, Salvador Reyes, deja por un momento la sala de velación. Se dirige a la calle para un rápido encuentro con los medios de comunicación. Sólo tiene palabras de gratitud.

“Gracias a Chivas. Estamos muy agradecidos con Jorge [Vergara]. A nombre de mi familia, agradecemos las muestras de cariño”, interrumpe su discurso. Imposible contener el llanto. Hace un gesto a manera de disculpa. No puede hablar más.

“El Campeonísimo”

Los restos de Salvador Reyes son velados desde las 9:00 horas. Sus compañeros en el Campeonísimo lo visitan; se fue a quien muchos consideraban el hermano mayor.

“Era un gran amigo. No lo digo sólo porque se haya ido. Era muy bromista; en los momentos duros y difíciles, siempre era el mismo. Siempre mostró liderazgo dentro de la cancha y también lo transmitía. Es duro lo que se siente, pero qué le vamos a hacer”, asegura José Villegas.

El Jamaicón se esfuerza por contener las lágrimas. “Siempre me decía: ‘Ya llegó el hediondo de la experiencia’. Al principio me molestaba, después lo tomaba a gracia. Cuando no lo decía, le preguntaba si estaba molesto, y respondía que ya se había cansado de tirarme buscapiés”, relata.

Guillermo Sepúlveda se mantiene más tranquilo. “Allá va a seguir metiendo goles en el cielo”, explica.

Con la confianza de una relación de toda la vida, bromea. “Le decía: ‘Oye Salvador, antes comías puros frijoles y nada más empezaste a comer como la gente decente y te empezaste a enfermar”, añade, con una sonrisa que se extingue rápido en el mar de tristeza.

“Salvador Reyes fue mi mejor amigo, desde los 10 años que empezamos a jugar, hasta la Selección”, sentencia El Tigre Sepúlveda.

Homenaje en el Omnilife

El 19 de enero de 2008, la directiva de Chivas rindió un homenaje. Chava, a los 72 años, fue registrado en el primer equipo. En la Jornada 1 del Torneo Clausura, fue titular contra Pumas de la UNAM. Únicamente tocó la pelota hacia Ramón Morales. Segundos después salió del campo. “Tuve el honor de compartir ese ratito con él. Tengo el honor de decir que el último pase que dio Chava Reyes fue a mí, recuerda Ramocito.

Este lunes, Chava Reyes será objeto de un nuevo homenaje póstumo. A las 9:00 horas se abrirán las puertas del estadio Omnilife, donde el féretro llegará una hora más tarde, para que la afición, campeonísimos y jugadores del actual plantel de Chivas puedan despedir al legendario futbolista. Al mediodía, una misa de cuerpo presente será el último adiós.

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