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Promesa incumplida

Cecilio Domínguez brilló en las primeras fechas; ahora es banca

Foto: Archivo El Universal
29/09/2017 |00:12
Redacción Querétaro
RedactorVer perfil

Cuando comenzó el Apertura 2017, Cecilio Domínguez hizo tres goles en dos partidos. Daba la impresión de ser un serio aspirante a convertirse en un ídolo azulcrema. No pasó, esa promesa se diluyó.

El volante paraguayo tiene una racha de siete partidos sin hacer gol. Sequía que data desde la jornada tres del torneo, cuando le anotó a Pumas, mediante un penalti bien cobrado “a lo Panenka”.

El problema con Domínguez no termina ahí. Poco a poco perdió el protagonismo en el esquema del director técnico Miguel Herrera.

Para ejemplo, el partido contra el León del miércoles pasado, en el que ingresó de cambio debido a la la lesión de William da Silva y a 10 minutos del final del encuentro, volvió al banquillo para ser reemplazado por Renato Ibarra.

Tuvo una noche gris, en la que perdió balones que representaron contragolpes peligrosos en contra del América.

Incluso, podría irse hasta la tercera opción por la banda derecha azulcrema, si Diego Lai nez no estuviera con la Selección Mexicana Sub-17.

“La competencia deportiva es sana. El grupo se acomoda, los que no están tomados en cuenta vienen a la baja. Mientras más competencia interna haya, mucho más alza el equipo, Cecilio está consciente de eso y trabajará para mejorar”, declaró el Piojo a inicios de septiembre. El habilidoso americanista no ha despertado.

“Hay que trabajar con Domínguez, no está en su mejor momento”, añadió Herrera.

Pese al momento incierto que vive Domínguez, la selección de Paraguay lo convocó para los duelos eliminatorios de la fecha FIFA de la semana entrante. Una noticia que el americanismo confía que le sirva a su “hombre diferente” para volver a demostrar su talento.

La productividad del paraguayo en el presente certamen se reduce a tres anotaciones, una asistencia en 648 minutos (10 partidos de participación, siete como titular) en Liga MX. Demasiado poco para la exigencia que conlleva portar la playera 10 del América, que alguna vez portaron jugadores legendarios como Cuauhtémoc Blanco o Salvador Cabañas.