Tres años, tres finales: la selección chilena de futbol volvió a hacer historia al imponerse en la primera semifinal de la Copa Confederaciones de Rusia al Portugal de Cristiano Ronaldo, en una definición por penaltis marcada por un Claudio Bravo heroico (0-0 en tiempo regular, 3-0 en penaltis).

El equipo de Juan Antonio Pizzi se jugará el título el domingo en San Petersburgo ante México o Alemania, que hoy disputarán la otra semifinal en Sochi.

El arquero, capitán y referente del equipo hizo justicia con el incansable despliegue de Chile durante los 120 minutos de un partido vibrante que acabó sin goles en Kazán y contuvo los penaltis de Quaresma, Moutinho y Nani para meter a Chile en su tercera final consecutiva en tres años.

Cristiano Ronaldo no tuvo oportunidad desde los 11 pasos, al ser el quinto cobrador.

Mis jugadores tienen un corazón que excede lo que uno ve en los futbolistas”, dijo Pizzi tras el partido. “La verdad es que mostramos un corazón muy grande, un compromiso muy grande con defender nuestra propuesta, incluso al extremo de estar extenuados físicamente. Hemos sacado energías del corazón”.

El partido ante 40 mil 800 espectadores en el Kazán Arena fue digno de dos equipos que vienen de sellar su entrada en la élite del futbol mundial y que llegaban como favoritos a la Copa.

Chile dominó el balón en buena parte del encuentro.

El protagonismo de Bravo, en la tanda de penaltis, tuvo un sabor especial para el arquero del Manchester City, que llegó a la Copa lesionado y se perdió los dos primeros partidos. El meta de La Roja paró tres envíos y le dio el pase a su país.

Campeón de la Copa América en 2015 y en la Copa América Centenario, Chile podrá extender la leyenda de su “generación dorada”.

La otra cara de la noche fue para Portugal, que se quedó sin repetir el éxito de la Eurocopa conquistada hace un año y vio cómo su máxima estrella y capitán, Cristiano Ronaldo, ni siquiera llegaba a patear su penalti.

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