La cuenta regresiva lo emociona. No tanto como en sus años de clavadista en activo, pero mantiene la expectativa en alto por quienes representarán a nuestro país en la fosa de los Juegos Olímpicos de Río 2016.

“Hoy debemos confiar en ellos. Soy muy prudente a la hora de hablar de la selección mexicana de clavados, porque es un excelente equipo, son chavos de primer nivel con Paola [Espinosa], Alejandra [Orozco], Lola [Hernández], Yahir [Ocampo], Rommel [Pacheco], Iván [García] y Germán [Sánchez]. Son excelentes seres humanos, tienen la calidad y saben responder a esta responsabilidad”, refiere Fernando Platas, medallista de plata en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000.

Platas, ahora director general de Cultura Física y Deporte del gobierno del Estado de México, recuerda que a lo largo de su experiencia el miedo o las dudas son nulas.

“Yo fui a cuatro Olímpicos, y otros más de colado narrando para la televisión”, recuerda entre risas. “Nunca conocí a un atleta que se suba al avión rumbo a unos Juegos pensando que va a perder, todos suben con el sueño de traerle una medalla a su país. Todos debemos creer en ellos porque darán un resultado positivo para México”.

Sin embargo, no se atreve a dar un pronóstico de medalla.

Lo que sí hace es lamentar una notable ausencia en el conjunto de clavados, la de Laura Sánchez, quien se retiró en abril pasado tras 20 años de carrera y no ser tomada en cuenta para JO.

“La verdad es que pesa, porque Laura tiene una excelente historia, pero el equipo es muy fuerte y tiene capacidad para responder. Se cierra una página para una gran atleta, recuerden que el equipo nunca extrañó a Fernando Platas”, ironiza.

Finalmente, el dirigente del deporte mexiquense no contempla la idea de convertirse en entrenador, aunque asegura que es imposible no compartir sus “mañas”.

“¿Yo un entrenador? Hay que tener perfil, hay que ser muy honestos y no tengo el perfil de entrenador: podría presionar a un atleta en cinco segundos, me funcionó ser exigente, pero no significa que te funcione como entrenador. Pero cuando me invitan a ver a los clavadistas tengo que darles algunas mañas”, concluye en un nuevo gesto de humor el que probara las glorias olímpicas desde el trampolín de tres metros hace 16 años.

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