Los minutos avanzan con lentitud en Querétaro, mientras en Puebla corren con rapidez y sin compasión. El tiempo tiene una sola dirección: el infierno.
La esperanza crece en Gallos Blancos, mientras en La Franja ronda una gran desesperación.
El marcador marca, casi al final del encuentro celebrado en el estadio Cuauhtémoc, Puebla 0-1 Atlas. Querétaro tiene aire, si la derrota se concreta. Pero llega el minuto 85. El balón se pasea en el área atlista hasta toparse con su destino: Jonathan Lacerda, el central de los Camoteros, quien dispara y anota el del empate para los poblanos.
Querétaro desciende.
Gallos Blancos de Querétaro ha perdido la categoría. Aunque matemáticamente queda una posibilidad (el empate en puntos), el siguiente criterio para definir es la diferencia de goles, y los 21 tantos a favor de La Franja dejan sin palabras hasta a los más optimistas.
La realidad es que los últimos tres años —seis torneos— de equivocaciones, de malas decisiones directivas y deportivas, cobran una cara factura.
Gallos vuelve a la División de Ascenso, donde los reflectores se pierden y los ingresos disminuyen.
Una franquicia como el Querétaro está valuada en 15 millones de dólares, pero al descender, su precio decae dramáticamente a 1.5 mdd. Además, el valor de la plantilla se reducirá hasta 70%. La nómina de Gallos asciende a unos 22 mdd y bajaría a 7.5 millones de dólares.
La agonía de Gallos Blancos inició en el Apertura 2010. La suma de puntos no es la suficiente y cuando se consiguió algo de dignidad, calificando a Liguilla, las diferencias directivas echaron abajo el trabajo.
Volátil fue el puntaje de Gallos en estos tres años. En el Apertura 2010 sumó 19 puntos; en el Clausura 2011, 16; en el Apertura 2011, 26; en el Clausura 2012, 12; en el Apertura 2012, 7 y en el Clausura 2013, 24, a falta de una jornada (octavo en la tabla general).
De inmediato se buscan culpables. Las principales flechas apuntan a los técnicos: Ángel Comizzo, en dos ocasiones; Gustavo Matosas, Carlos de los Cobos, Sergio Bueno y, al final, quizá el menos culpable, Ignacio Ambriz.
Y ya ni hablar de los directivos.
El escándalo más recordado fue la gestión del croata Zlatko Petricevic, quien prometió unos los Gallos “a la europea”. Al inicio —Apertura 2011— se vivió un cuento de hadas y Gallos entró a la Liguilla, pero al poco tiempo, la FMF pidió acreditar el origen de su fortuna y Petricevic decidió abandonar el país.
La más reciente fue la salida de Sergio Bueno como técnico. En su gestión ganó únicamente dos partidos de 15. Se fue a trabajar como directivo al San Luis, en ese entonces principal rival en el descenso.
Así, La Corregidora cumplió con su maldición. Equipo que toca su verde césped, se condena.
Querétaro ha descendido por quinta vez en su historia, y ahora la pregunta que va a rondar esa plaza es: “¿Cuándo volverá?”.