Este viernes, el pelotero cubano Yulieski Gurriel, realizó un acto racista al hacer una seña de ojos rasgados a su contrincante Yu Darvish, luego de anotarle un cuadrangular en el juego tres de la Serie Mundial.

La MLB ya puso cartas en el asunto y el beisbolista será sancionado con cinco juegos de suspensión en la próxima temporada, pero no es el único caso en el deporte donde se han presentado señales de segregación.

En el futbol mexicano, Darwin Quintero se quejó abiertamente del paraguayo Darío Verón, quien supuestamente insultó al colombiano y al ecuatoriano Mickey Arroyo al llamarles simios.

En el balompié internacional, uno de los casos más sonados fue el que protagonizaron de Patrice Evrá y Luis Suárez. En 2009, el uruguayo, jugando con el Liverpool, le dijo “negro” al francés, quien tiempo después no le volviera a dar la mano durante el saludo entre jugadores.

Según Suárez, nunca fue su intención, ya que la palabra no tiene el mismo significado en español que en inglés.

En Abril de 2011, Segio Busquets, centrocampista del Barcelona, durante el partido de ida de las semifinales de la Champions League ante el Real Madrid, el azulgrana llamó presuntamente "mono" a Marcelo.

En 2012, el capitán de la Selección Inglesa, John Terry, fue multado con cuatro partidos de suspensión y una multa de 220.000 libras (275.000 euros) por los insultos racistas proferidos hace casi un año al jugador del QPR Anton Ferdinand.

Más allá del fútbol, en Estados Unidos, el básquetbol de la NBA y el futbol americano de la NFL han sido afectados no solo por la discriminación entre atletas, sino entre sus propios directivos.

Donald Sterling, ex propietario de Los Ángeles Clippers, fue suspendido de por vida de la liga luego de que fuera revelada una conversación telefónica que tuvo con su novia, a quien le pidió que no importaba si se acostaba con negros, pero que no publicara fotos con  ellos, ni que los llevara al estadio.

El último caso fue el de Bob McNair, propietario de los Texans de Houston, quien dijo durante una reunión de dueños la frase “no podemos dejar que los reos dirigan la prisión”. Si bien su intención no es considerada estrictamente un acto de discriminación, sí es considerado parte de un problema de segregación y privacidad de la libertad, al tratar de impedir a los jugadores de NFL que protesten durante la entonación del himno nacional estadounidense, por la situación racial que se vive en Estados Unidos.

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