MELBOURNE.— La primera raqueta que logra un tercer título consecutivo en el Abierto de Australia desde la era de los open. Es lo que consiguió el serbio Novak Djokovic tras vencer al británico Andy Murray y demostrar que la cancha dura de Melbourne es una extensión de su casa.
Además, Djokovic se consolidó como indiscutible número uno del tenis mundial en el circuito varonil.
Y por si fuera poco, Novak se tomó revancha de la derrota de septiembre en la final del Abierto de Estados Unidos, después de batir a Murray por 6-7 (2), 7-6 (3), 6-3 y 6-2 ayer en tres horas y 40 minutos de partido.
“Tengo tanta alegría, estoy tan feliz y me siento tan privilegiado por jugar este deporte que amo tanto... Dediqué toda mi pasión interior y mi amor a este deporte, y es agradable recibir algo de vuelta”, dijo el serbio.
Fue el cuarto título de Djokovic en Australia, que iguala así al estadounidense Andre Agassi y al suizo Roger Federer. De los últimos nueve torneos de Grand Slam, cinco fueron ganados por el serbio. Su reciente conquista le representó un premio de 2.55 millones de dólares.
Con seis títulos de Grand Slam, Djokovic iguala ya a grandes como Donald Budge, Boris Becker o Stefan Edberg. Está lejos aún de los 11 del español Rafael Nadal y más todavía de los 17 del suizo Roger Federer, pero si se piensa en que tiene sólo 25 años y que de los nueve últimos torneos de Grand Slam se llevó cinco, la imagen de hasta dónde puede llegar es asombrosa.
Y eso que Djokovic tiene un tenis relativamente frío, sus tiros no despiertan las pasiones que generan Federer o Nadal, aunque en sus celebraciones e histrionismo supera de sobra a ambos. El sueco Mats Wilander, ex número uno del mundo, define al serbio como “un arquero de hockey sobre hielo”.
“Rechaza todo, todo le rebota. Se mueve de lado a lado rechazando, me recuerda a aquellos videojuegos de los 80, en los que una pelota iba rebotando”, dijo a la agencia DPA, el tricampeón de Roland Garros, que estaba ciertamente aburrido cuando presenciaba la final del Abierto de Australia entre Djokovic y Murray.
Para el tenista serbio viene una nueva oportunidad de conquistar Roland Garros, el único Grand Slam que le falta por ganar. En tanto que Andy, de nueva cuenta parece estar destinado a ver de lejos el trofeo de campeón de los grandes, cuando parecía que ya había dado ese paso tras triunfar en el US Open.