Puebla.— Ignacio Ambriz se queda impávido en su área técnica, mientras observa el derrumbe del América que dirige. Se queda con los brazos cruzados y la mirada fija en el pasto, mientras su equipo se “come” cuatro goles del Puebla, derrota con la que se estrena en el banquillo azulcrema.

Entre los escombros emplumados se halla un juego parco, gris, sin chispa, que le provoca caer en la Ciudad de Los Ángeles (4-2). La carencia de talento se hace evidente en las Águilas, que presenta ante La Franja, una plantilla sin siete de sus jugadores titulares y que están acostumbrados a marcar la diferencia. Los de Coapa tenían seis partidos sin perder con los poblanos (2-3 en el Estadio Azteca, Apertura 2011) y se mantenían invictos en el feudo de La Franja desde el Bicentenario 2010.

Moisés Muñoz, Paul Aguilar, Oribe Peralta, Ventura Alvarado, Rubens Sambueza, Darío Benedetto, Miguel Samudio, Paolo Goltz y Martín Zúñiga se ausentan por estar con sus respectivas selecciones o resentidos de alguna lesión. Bajas que se notan, porque el América es una sombra pálida de un equipo que presume grandeza.

Tener a un portero suplente tiene riesgos grandes. A Hugo González, los tres postes le quedan enormes. Se ve diminuto en ese marco que suele resguardar Muñoz. El segundo guardameta hace un “oso”, se mueve antes de un tiro libre de Francisco Torres y, en ese titubeo, ya no alcanza a detener el envío que para cualquier otro arquero solvente sería de rutina (23’).

La fanaticada de La Franja enloquece. Hasta antes de ese gol, América controlaba el partido con la ventaja de 0-1 en el marcador que impuso Andrés Andrade en el amanecer del duelo (3’). En cuanto el empate se anida en las redes azulcremas, los pupilos de Ambriz quedan desconcertados, noqueados en la cancha.

Puebla se agranda sobre el césped. Se llena de soberbia y pasea al club de Coapa. Comienza a llenarle la canasta a los millonetas. Primero es Christian ‘Hobbit’ Bermúdez, en posible fuera de lugar, con un fusilamiento a González (26’). Matías Alustiza repite la dosis con un remate cruzado (41’) y Flavio Santos coloca de cabeza el cuarto, al minuto 50.

“¡Cinco, cinco!” era el grito de los aficionados del Puebla en el estadio Olímpico Universitario de la BUAP. Alarido que antecedía a los “Olé, olé” a cada toque enfranjado.

Escasos fieles azulcremas exhalan el “¡Fuera Ambriz!”.

América saca el orgullo pasada la hora de partido y mediante Carlos Darwin Quintero, quien entró de relevo para marcar el descuento (64’). Gol que rescata un poco del honor perdido del americanismo en una tarde de debacle.

“No vamos a poner pretextos ante las bajas”, dijo Ricardo Peláez, presidente deportivo de las Águilas, antes de la gira por Estados Unidos. Tras perder el Campeón de Campeones ante Santos, los empezó a poner. De igual modo, anticipó días atrás que lo mejor de su club “vendrá cuando estemos completos”.

Sus fans estarán a la espera de que esa promesa se cumpla. Borrar un 4-2 en contra es difícil, máxime cuando Ambriz ha sufrido muestras de repudio.

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