MONTERREY.— La inercia triunfal ayuda a este encarrerado Tri de la tele, dotado de ocho seleccionados en su 11 inicial y mucha suerte, afanado en garantizar el anhelado bicampeonato americanista, porque ya está de vuelta como ave azulcrema en la Liguilla por el título del Apertura 2013.

La trampa del Tigre se rompe en el último minuto. Ni el gélido clima, aderezado de llovizna y un Volcán repleto y en erupción, ayudan a impulsar a esta voraz fiera del norte rumbo al éxito. El América sobrevive al temporal, gracias a un dramático gol del colombiano Aquivaldo Mosquera. Letal, suficiente para obligar a los regios a vencer el próximo domingo en el Estadio Azteca.

Los dos goles de visitante, tras el 2-2, comprometen a los universitarios a ganar o a empatar por tres goles o más en la capital. No existe otro camino.

Había necesidad de sudar para combatir el congelado escenario norteño. Y así lo intenta Tigres de inicio. En 10 minutos de juego, la zaga del popularizado Améxico se ve amenazada un par de ocasiones. Primero, vía un ensayo de Guido Pizarro, que tras un ligero desvío de la zaga va a dar al travesaño de Moi Muñoz. Enseguida, Alan Pulido detona un bombazo que pone a prueba los guantes del meta azulcrema.

El temporal que viven las Águilas en la cancha es más extremo que los 5 grados centígrados que golpean al repleto inmueble, en San Nicolás de los Garza. Mas en el cobro de un córner, por derecha, El Maza Rodríguez se anticipa, la peina y se la pone al Topo Valenzuela, quien a primer poste la firma, también de cabecita. El gol milloneta, sobre el minuto 14, no logra apagar El Volcán.

La erupción futbolística era, de cualquier forma, imposible de contener. En silencio, El Tuca Ferretti se había esforzado, este par de semanas, en armar un 11 a imagen y semejanza del eficaz líder y “salvador” de la Selección en su causa mundialista.

La primera detonación ocurre al cumplirse la primera media hora de juego. Guido Pizarro, activo ofensivamente, con recuperación, salida y propuesta, filtra para Torres Nilo, éste desborda por izquierda y su centro es cazado por Alan Pulido, letal en la definición.

Y cinco minutos después, en un tiro de esquina por derecha, Hugo Ayala cabecea a segundo poste, donde Pizarro entra como tren y la barrida le permite sacudir las redes amarillas, para prender aún más a la tribuna y fincar la sorpresiva voltereta felina.

El terreno resbaladizo que deja la apenas perceptible agua nieve le juega una mala pasada al campeón reinante, que entre patinones encara un nuevo desafío, a la par del aplicado rival, dispuesto a conservar la ventaja e incrementarla mediante algún cruel latigazo. No sucede. Porque Miguel Herrera no cae en la trampa, ajusta líneas e incluso sobrevive a la lesión que sufre su lateral Miguel Layún.

En la agonía, sobre el minuto 89, Rubens Sambueza la arma en el área y el rebote le queda a Aquivaldo Mosquera, quien se esfuerza al máximo para llegarle al balón y cruzarla, entre botes dramáticos, para vencer a Enrique Palos.

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