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Un Clásico resultado; Chaco llora

El América despacha a Cruz Azul de la Copa MX; los celestes fracasan y Jémez no está seguro

Pablo Aguilar hizo la diferencia en un duelo muy cerrado (FOTO: IMAGO7)
25/10/2017 |01:37
Redacción Querétaro
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Christian Giménez ve la roja por encima de su cabeza, y su mundo se derrumba. Los reclamos salieron de inmediato, y sus lágrimas fueron la única respuesta.

Había sentenciado a Cruz Azul. Una jugada que pudo ser intrascendente al final de la primera parte, se volvió clave en el juego. Una barrida de Chaco en zona defensiva del América fue juzgada severamente por el árbitro Marco Antonio Ortiz. La Máquina se quedó con 10 y las Águilas aprovecharon para vencer y eliminar al odiado rival de la Copa MX.

Fracaso para Cruz Azul; trámite cumplido para América. Marcador de 1-0 con gol de Pablo Aguilar que es justo por lo que se vio en la cancha. Miguel Herrera sigue reinando en los Clásicos y Paco Jémez acumulando deudas en su maleta que ya tiene boletos a España.

Clásico azulcrema, manchado de duda por la expulsión rigorista a Giménez, pero eso al final queda ya en el amplio anecdotario de dudas americanistas. La realidad es que en el campo, las Águilas volaron y La Máquina volvió a fallar.

Pero fue un buen partido.

No se sabe si por sistema, o si los jugadores cansados del sistema kamikaze de Jémez, decidieron no jugar tan adelante, no darle el espacio largo al América. Ante esto, cedieron la iniciativa, pero ganaron poder de reacción en defensa, metiéndose al área para agazaparse en vez de dejar solo al portero.

Así, jugando a la contra, Cruz Azul se acomodó mejor. Explotó las ganas de mostrarse de Gerardo Flores por la banda derecha; el amor propio de Édgar Méndez por la izquierda y la entrega constante de Cauteruccio, quien tiene la intención de hacer todo bien, pero pocas veces lo logra.

Se podía decir que Cruz Azul terminó mejor la primera parte, hasta que Christian Giménez cometió la imprudencia de barrerse en un lugar innecesario.

El libreto era claro en la segunda parte. Con un Cruz Azul herido, América debía ir a taladrar la herida, a tratar de acabar el juego en los 90 minutos, mientras que los cementeros tenían la misión de llevarlo hasta los penaltis.

El bombardeo comenzó sobre la portería de Allison. Primero un centro de Lainez que Roco casi lo hace autogol; un cabezazo de Oribe que pasó cerca de la portería y la más cercana, un rebote del portero cementero, el cual Pablo Aguilar desperdició por encima.

Era cuestión de tiempo y fue a los 66 minutos cuando sucedió. La mala marca cobra consecuencias y Pablo Aguilar rompe el empate a cero con certero cabezazo.

Lo único que debía esperar Cruz Azul era un milagro, pero el milagro le cayó a quien menos debía, a Julián Velázquez, quien se encontró con una pelota en el área chica y la entregó a Marchesín.

Christian Giménez en el vestidor oyó la algarabía del Azteca. Era un grito que reconocía, el de la derrota. Cruz Azul había sido eliminado, otra vez, y todos lo señalarán como el principal culpable, olvidando todas las ilusiones que le ha entregado a La Máquina.