Personas humildes que un día se convierten en héroes

Héroes de carne y hueso de los más reales en esta sociedad. Así son los luchadores del pancracio mexicano que, en su mayoría, han salido desde abajo con el sueño de un día volverse ídolos enmascarados del pueblo.

“Muchos son los luchadores que comenzaron desde abajo, con muy pocos recursos, de extracciones muy humildes y que llegaron a ser figuras legendarias. La más importante es la de Rodolfo Guzmán, El Santo. Pero como él también varios luchadores se hicieron desde abajo y llegaron a ser grandes figuras como Blue Demon, Huracán Ramírez y Tinieblas, que son luchadores históricos del pancracio nacional”, comentó José Navar, escritor de lucha libre.

Pero una vez logrado un prestigio, aquellos que se hacen de un nombre en esta profesión, convierten sus personajes en referentes más allá de esta disciplina.

“Desde luego hay figuras que empiezan cobrando muy poco y terminan ganando lo que nunca imaginaron. El Santo, en sus inicios, ganaba tres pesos por lucha. Después se convirtió en el peleador mejor pagado en la historia del pancracio nacional. Eso aparte de que se convirtió en todo un icono dentro de la sociedad en todos sus estratos”, resaltó el autor del libro ¡Quiero ver sangre!.

Esas figuras emblemáticas de la lucha libre mexicana se vuelven ejemplos a seguir de los que quieren dedicarse al mundo de las llaves y las contrallaves. Está el anhelo de ser alguien algún día.

“Su motor es ganar reconocimiento dentro de lo que es un deporte-espectáculo único en su género en el mundo. Aquí no son monigotes fisicoculturistas que fanfarronean. Aquí sí se dan y se sostienen luchas cuerpo a cuerpo”, resaltó.

José Navar advierte que los luchadores que alcanzan cierto reconocimiento deben prepararse para lidiar con agendas apretadas que incluyen varias funciones en el mismo día, en donde, el mayor beneficiado siempre es el promotor.

“Un luchador consagrado en su mejor momento, como Octagón, llegaba a presentarse de tres a cuatro veces en un mismo día. Los mismos siete días de la semana y ganaba muy bien. Ahorita no ganan tanto, pero sí es un hecho que las empresas explotan al luchador y el que menos acaba recibiendo es el propio atleta”, puntualizó.

Disciplina y hambre de crecimiento, requisitos básicos

El peleador debe tener disciplina por el trabajo físico, decisión y anhelo de ir creciendo en el mundo del pancracio. Además de conocimientos técnicos de la lucha grecorromana.

“Debes tener el sueño de llegar a ser un luchador estrella. Soñar en lo que quieres lograr dentro de este deporte, porque los sueños son los que te impulsan para llegar a tus metas”, admitió ‘Máscara Sagrada’.

“Empezar desde abajo implica tener mucha paciencia, porque no siempre las cosas salen como quieres”, agregó el mítico luchador.

Sobre las preferencias para decantarse entre ser del bando rudo o del técnico, en gran parte lo define el público con las expresiones y reacciones que tengan durante las funciones.

“Si eres noble, serás una persona tranquila y tal vez como técnico. Si eres agresivo, tendrás un perfil rudo. Eso se va dando. El público va midiendo tu perfil con sus preferencias cada vez que te presentas arriba de un ring”, explicó ‘LA Park’.

Ambos peleadores coinciden en que se debe tener perseverancia y tenacidad para ir creciendo.

Elasticidad y buenos reflejos son de mucha ayuda

El luchador mexicano destacado en este negocio se caracteriza por mostrar elasticidad, reflejos y conocimiento de lucha grecorromana. Un físico trabajado.

“Debes de tener fortaleza en tu cuerpo, en las extremidades. Tener flexibilidad y una condición física que te permita llevar los entrenamientos de dos a tres horas que deben durar para esta profesión. Estar preparado técnicamente para realizar tu trabajo”, reflexionó ‘Máscara Sagrada’.

No hay una edad promedio para su retiro, pues hay una gran cantidad de peleadores que sobrepasan los 40 años, dedicados a esta profesión. En tanto que hay otros que se ha retirado tras su primera lesión.

En o que coinciden varias voces es en que el público marca el final de una carrera luchística.

“Aquí no hay edades para retirarse, pero, a pesar de esto, al público no lo engañas. Ellos son los que nos retiran con sus gritos como 'ya estás viejo'. Uno sigue de terco, pero es el público el que te retira al ya no gustarles”, dijo ‘LA Park’.

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