El sonido local anunciaba: “Con el número 19, César Chelito Delgado”, y el estadio Azul rugía ante la presencia de su entonces figura, quien los hacía ilusionarse con acabar con la sequía de títulos.

Pero no... esa ansiada victoria no llegó. César jugó en La Máquina de 2003 a 2007, para irse a Europa, a Francia; después volvió a México, con el Monterrey, y finalmente se fue a Argentina, donde juega en la Cuarta División con el Central Córdoba.

Sabe que Cruz Azul juega hoy contra el América... “espero que les vaya bien. Eran juegos rudísimos, el Clásico...”, recuerda.

—¿Acá dicen que Cruz Azul ya no es un equipo grande?

“Es grande, de eso no hay duda. Todos los ojos del país están sobre él, y eso no pasa con cualquier equipo. Sí, sé que en los últimos años no ha clasificado y eso está mal, Cruz Azul siempre debe estar entre los ocho mejores de México”.

Un análisis a la distancia es imposible hacer, “no sé qué les falte, no sé si son los directivos, los técnicos, los jugadores, pero bueno, uno debe entender que un sólo jugador no salva a todo un club... Antes si se perdía decían que era mi culpa, o del Matute [Ángel Morales] o de Paco [Palencia]. Hoy se debe estar consciente de que el Chaco [Christian Giménez] no los va a volver campeones solo. En Cruz Azul, la presión es enorme, ojalá que mañana [hoy] salgan con la victoria y pronto llegue el título”.

A sus 36 años sabe que el volver a jugar con Cruz Azul a nivel profesional “es muy difícil. Hace poco hablé con Billy [Guillermo Álvarez] para saber de él, como está, nada más... Quiero organizar un partido de despedida vistiendo la camiseta de Cruz Azul, ojalá y se pueda dar...”.

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