Indiscutible fue la superioridad de Serena Williams en el circuito profesional de la WTA. Como ya se ha hecho costumbre en temporadas anteriores, la estadounidense no tuvo rival en la cancha durante 2015 y culminó nuevamente como la mejor del mundo.

La menor de las hermanas sumó, a sus 34 años de edad, cinco torneos de gran envergadura (Australia, Roland Garros, Wimbledon, Miami y Cincinnati) y sufrió apenas tres derrotas.

Ninguna de sus rivales consiguió frenar su potencia aunque su año no fue perfecto al perder la semifinal del US Open ante Roberta Vinci, lo que la dejó a un paso de aquello que tanto buscó; completar el Grand Slam en la misma temporada.

La dolorosa derrota aunada a las molestias en el codo y rodilla obligaron a Serena a cancelar el resto de su agenda e incluso renunció a defender su cetro en las finales de la WTA. No fue nada sencillo tomar la decisión de tomarse un descanso, pero todo fue para privilegiar su salud.

María Sharapova, eterna rival de Williams, tuvo una temporada agridulce, sin títulos de Grand Slam y apenas con el trofeo de Roma como su máximo logro.

Además, la rusa tuvo que lidiar con una lesión en una de sus piernas después de Wimbledon que la tuvo fuera de las pistas por un par de meses. En el plano personal, ‘Masha’ terminó su relación con Grigor Dimitrov.

El lado contrario de la moneda lo vivieron la italiana Garbiñe Murguza, Flavia Penneta y Agnieszka Radwanska, quienes protagonizaron un año lleno de buenas noticias. La española terminó como la tres mundial luego de alcanzar la final de manera sorpresiva en Wimbledon.

Pennetta, quien tuvo un 2014 sin mayores logros, sorprendió al llegar a la final del US Open y ganarla a su compatriota Roberta Vinci. En la ceremonia de premiación Flavia dejó boquiabiertos a los asistentes al anunciar que su retiro estaba próximo.

El segundo semestre de la temporada fue el mejor para Radwanska quien celebró el título en el torneo de maestras, el más importante de su carrera.

Jugadoras como Eugenie Bouchard tendrán que hacer borrón y cuenta nueva al no despuntar como se esperaba. La canadiense, considerada por muchos como el nuevo prodigio en la WTA tras culminar 2014 en el Top 10, quedó a deber.

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