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El ruidoso cierre americanista apenas alcanza para rescatar el empate en el casi repleto Estadio Azteca. Luego de un concurso de fallas, las Águilas apenas alcanzan a empatar 1-1 frente al Impact de Montreal. Mucho ruido para apenas evitar la derrota ante los canadienses, que soportaron al límite las embestidas y se lleva un gran resultado.

Tras disputarse el juego de ida de la final de la Liga de Campeones de Concacaf, el gol de Oribe Peralta, a dos minutos del silbatazo, apenas sirve para evitar la catástrofe, cuando los pronósticos marcaban a los millonetas como favoritos, no sólo para ganar, sino para sacar un marcador abultado de Santa Úrsula.

No es el mismo América que eliminó al Herediano. Presiona desde la salida, pero su oponente es práctico y sale mediante trazos largos. Cuando el ave aprieta, el Impact se ordena a partir de una sólida línea de cuatro. Paciente, soporta las incursiones azulcremas y en cuanto se hace de algún rebote, suelta latigazos. Ellos atacan con idea.

Armados con Camara, Soumare, Ciman y Toia, en retaguardia, los canadienses regulan la media cancha con dos contenciones que se multiplican: Reo-Coker y Mallace. Adelante tienen lo suyo, y triangulan con eficacia. La prueba es el gol tempranero, registrado sobre el minuto 15. Oduro busca a Duka, quien hace la pantalla y deja solo a Ignacio Piatti, quien sin titubeos jala del gatillo y liquida a Moi Muñoz.

Las Águilas se cansan de fallar. Primero, antes del tanto de Montreal, Arroyo y Darwin desperdician dos claras. Luego, tras la anotación visitante, Sambueza pone a prueba a Evan Bush y al 25’, la polémica surge, porque Michael Arroyo entra solo y fusila al meta, mas el asistente hondureño Christian Ramírez levanta la bandera. No era, pero la jugada no es válida y el empate se le niega al equipo de Coapa. Instantes antes, los amarillos reclamaban unas claras manos de Camara dentro del área.

Todo se complica. Piatti contragolpea y por poco sorprende, al 27’. Samudio falla y Arroyo no encuentra la portería contraria. Hasta que en la última jugada del primer lapso, Osvaldo Martínez detiene a Oduro, desesperado. El árbitro catracho Héctor Rodríguez tenía que expulsarlo. Lo perdona. La amarilla evita la tragedia azulcrema para el complemento.

El timonel Gustavo Matosas, enterado de la preventiva, no duda en sustituirlo y Oribe Peralta pisa el área contraria en calidad de relevo de lujo. Pronto (55’), el atacante le pone un balón de oro a Darwin Quintero, mas éste desperdicia. Su bombazo es rechazado por Bush, a primer poste. Más tarde, el ‘Hermoso’ no llega a la cita que le propone el colombiano y deja ir otra opción clara (61’).

La mejor se presenta al 67’. Darwin desborda por derecha y la retrasa para Peralta, cuyo bombazo sacude el travesaño. Sin puntería, las aspiraciones amarillas se diluyen. El desesperado intento lejano de Paul Aguilar es clara evidencia de la ausencia de argumentos millonetas.

Sobre la agonía termina por ceder el Impact. Al 88’, Rubens cobra una falta y el globito lo caza, al fin, Oribe Peralta. El testarazo fulmina las redes y el festejo es en grande, mas no para salir airosos de su estadio.

La vuelta será en Canadá, donde tendrán que romper el hielo u olvidarse del título de la ‘Concachampions’ y el Mundial de Clubes.

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