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Los Pumas sufren para cerrar los partidos. Vayan arriba o abajo en el marcador, los universitarios no logran imponerse con autoridad. Ayer, en el estadio Morelos, no fue la excepción.
Las inclemencias del tiempo le hicieron una mala jugada a los capitalinos. Cuando dominaban a los Monarcas, una fuerte tormenta eléctrica obligó al silbante Roberto García Orozco a detener el encuentro. Era casi el minuto 84 y el marcador seguía intacto.
Se tuvo que acudir al reglamento de competencia. El artículo 62 de la Liga MX indica que, si se suspende cuando falten siete minutos o menos por jugar, el marcador quedará como estaba y el duelo no se reanudará. Todo quedó en un amargo empate (0-0).
Previo al protagonismo del clima, el Morelia y los Pumas no regalaron algo. La velocidad de los Pumas en el contragolpe causó el primer daño (21’). El defensor Jorge Valadéz vio la tarjeta amarilla por cortar el avance de Felipe Mora.
El mayor peligro sucedió al 32’, en terreno purépecha. Víctor Malcorra realizó una excelente jugada por la banda izquierda y sacó un centro que fue rematado por el chileno Mora. El balón rodó de forma dramática y, en la línea de gol, apareció el uruguayo Sebastián Sosa para sacarlo con un manotazo. El Morelos y la banca de Monarcas suspiraron.
Ya en el complemento, los locales dieron el primer aviso. Rodolfo Vilchis disparó desde fuera del área y Alfredo Saldívar, con una buena atajada, mandó el balón a un costado. Rodolfo Vilchis volvió a disparar y el Pollo, a una pierna, rechazó.
El partido sufrió un bajón. Las jugadas de peligro disminuyeron y fue hasta el 76’ cuando todo se encendió otra vez. Un buen contragolpe purépecha llegó hasta territorio felino, pero —otra vez— Saldívar se puso la capa de héroe.
Se avecinaba un cierre dramático, pero fue cuando el clima se robó el show. Los jugadores se fueron a la banca. Los Pumas se quedaron con las ganas de amanecer líderes. Tuvieron 84 minutos para garantizarlo, pero no los aprovecharon. Por su parte, el Morelia suma cinco partidos de Liga sin triunfo.
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