Fue relevado por Andrés Guardado, al minuto 10 del segundo tiempo, en su debut mundialista. No volvió a jugar en Sudáfrica 2010.

Sólido mazazo para casi cualquier futbolista. No es el caso de Paul Nicolás Aguilar Rojas (6 de marzo de 1986, Concordia, Sinaloa), quien seis años antes se demostró a sí mismo que es capaz de reponerse a todo lo malo.

Todavía no debutaba en la Primera División, pese a ya destacar por su habilidad y rapidez para agregarse al ataque. Tenía el convencimiento de que sería futbolista profesional... Hasta que una noticia le cimbró por completo.

Cuatro de sus familiares más queridos fallecieron en un accidente. Cayó en profunda depresión. Patear un balón había dejado de ser divertido.

Lo único que quería era estar solo. Los días pasaban y aquella ilusión cada vez le era más ajena.

Su estado de ánimo se reflejó pronto sobre el lienzo verde. Dejó de ser aquel chico que seducía por su atrevimiento y potencia. La Primera División se alejaba... Hasta que su papá decidió hablar con él.

Intentó persuadirlo para que regresara de lleno a su verdadero amor. El proceso no fue sencillo, pero con feliz desenlace.

Menos de dos años después, cumplió la promesa hecha a su padre. Enrique Meza le ofreció la oportunidad de presentarse oficialmente como jugador del Pachuca. Fue la tarde del domingo 6 de agosto, en el estadio Hidalgo, contra el Cruz Azul.

Inolvidable debut. Los Tuzos cayeron (2-3), mas el sinaloense estremeció las redes celestes. Hizo el segundo tanto local.

Euforia total. Representaba el transitorio empate a dos anotaciones, aunque 12 minutos más tarde, Miguel Sabah hizo el tanto de la victoria cementera.

Triunfo moral del hombre que creció con spikes, gorra, casco y un bat. La tradición beisbolera del lugar en el que nació hizo que corriera bases antes de patear el esférico.

Iniciaba una carrera que lo catapultó a la Selección Nacional bajo las órdenes del Vasco, quien siempre le tuvo fe. Idilio que concluyó abruptamente sobre el césped del estadio Soccer City de Johannesburgo.

“Paul es un futbolista siempre dispuesto a atacar y defender, uno de los mejores laterales del futbol mexicano”, ha asegurado Miguel Herrera, quien le dará una segunda oportunidad en el máximo evento futbolístico del planeta. “Dentro del grupo, es uno de los jugadores más alegres, siempre está de buen humor. Ayuda mucho al buen ambiente”.

Cualidad que pareció extraviar cuando recibió aquel fuerte golpe, del que se repuso. Por eso, lo de Sudáfrica no le mermó.

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