Cincinnati.— En un equipo perseguido por una maldición de 108 años sin título de Serie Mundial, Jake Arrieta parece ser el mesías de los Cubs de Chicago, que ayer volvieron a disfrutar del as de su rotación, que sumó el segundo juego sin hit ni carrera en GrandesLigas, en la victoria 16-0 sobre los Reds de Cincinnati.

Han pasado siete meses, cinco días desde que Arrieta lanzó un no hitter en contra de los Brewers de Milwaukee y el derecho de la novena de Chicago lo volvió a hacer para convertirse en el séptimo hombre con múltiples juegos sin hit ni carrera y el tercero en la historia de los Cubs, detrás de Larry Corcoran (3) y Ken Holtzman (2).

Con la facilidad con la que escribe su nombre, Jake Arrieta suma triunfos, pues no pierde desde el 15 de julio. Durante este tiempo, el pitcher de la espesa barba, suma 15 victorias y dos salidas sin decisión.

En las más recientes 24 salidas, el récord del oriundo en Plano, Texas es de 20-1, con una efectividad 0.86 y 14 encuentros en los que no aceptó carrera.

Las 16 carreras que la artillería de los Cubs anotó anoche es la mayor diferencia en un juego sin hit ni carrera en la historia de la MLB. Superó las 15 que en 1903 tuvo Frank Smith con los White Sox de Chicago, y las 13 de Monte Pearson con los Yankees de Nueva York de 1938.

Durante el encuentro con los Reds, cuatro bases por bola fueron las que alejaron a Arrieta del juego perfecto. Ponchó a seis bateadores, la mitad de los que tuvo en su primer juego sin hit ni carrera y que acentuó una extraordinaria temporada de 2015 que le valió el Cy Young de la Liga Nacional.

Arrieta es el cuarto ganador de Cy Young que en la siguiente campaña tira un sin hit ni carrera. El primero que lo hizo fue Sandy Koufax con los Dodgers de 1964; Bob Gibson con los Cardinals en 1971 y en 2014 el zurdo Cleyton Kershaw.

La ofensiva de los Cubs respaldó la labor de su abridor desde la primera entrada con un cuadrangular de dos carreras de Kris Bryant.

En la apertura del siguiente capítulo, Ben Zobrist añadió una rayita más con jonrón al jardín central. Dexter Fowler movió la pizarra con línea al cuadro.

Si Arrieta no jugara en su equipo o al menos no hubiera pitcheado ayer, los titulares llevarían el nombre de Kris Bryant, pues en la alta del séptimo inning se voló la barda con la casa llena para terminar la jornada con seis impulsadas.

Desde hace unos meses, cada vez que sube Arrieta, flota en el aire un potencial no hitter.

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