MIAMI.— Gloria al campeón. LeBron El Rey James recibe por segunda ocasión su corona y el Heat festeja su tercer título de la NBA.

Miami consiguió el primer bicampeonato de su historia tras imponerse 95-88 a los Spurs de San Antonio en el Juego 7 de la Final.

Batalla frontal, sin cuartel ni trincheras. Metralla a discreción, con rencor, con el anhelo en cada disparo de ser campeón.

Los Tres Grandes del Heat alzaron de nueva cuenta el trofeo Larry O’Brien. James y Dwyane Wade brillaron con su basquetbol vertiginoso, ofensivo. Chris Bosh no anotó puntos, pero cumplió cabalmente con su misión: contener hasta el final a la torre de Islas Vírgenes, Tim Duncan.

La velocidad de Miami fue veneno para los “viejos” Spurs, que mostraron los efectos de la fatiga en la segunda mitad del juego.

James se convirtió en un bombardero de triples (encestó cinco de 10) y Danny Green, quien en los primeros encuentros no fallaba detrás del arco, esta vez fue el talón de Aquiles que hundió a San Antonio. Green sólo anotó un disparo de larga distancia.

En el último cuarto, el argentino Manu Ginóbili equivocó un pase y el balón abandonó la cancha. Miami no desperdició la oportunidad. James tomó el esférico, respiró hondo y encestó un triple que puso la pizarra 83-77, a 5:37 minutos del final, la máxima ventaja del encuentro hasta el momento. El desplome de Spurs llegó después.

A 3:19 minutos de que sonara la chicharra, Shane Battier conectó un disparo de tres puntos para el 88-82 de Miami. San Antonio respondió con un pase a la pintura a Duncan, quien aprovechó su físico para elevarse y anotar con todo y falta. El centro de los Spurs concretó el tiro libre para el 88-85.

Quedaban dos minutos de juego. Wade logró dos tantos más para Miami; sin embargo, de inmediato respondió Spurs con un triple de Kawhi Leonard. La pizarra estaba 90-88 a favor de los locales. Los monarcas de la Conferencia Oeste sabían que era el momento de actuar, pero una serie de imprecisiones los sacó de la partida.

Ginóbili, Green e incluso Tony Parker erraron sus asistencias. LeBron no tuvo la mirilla chueca y acuchilló la esperanza de Spurs con un tiro de frente al aro para la ventaja del Heat 92-88, a 27.9 segundos del término. San Antonio mandó a Parker a la banca.

Ginóbili penetró la pintura, pero al intentar un pase a Duncan, James robó el balón. Le cometieron falta y anotó los dos disparos desde la línea de castigo. San Antonio perdió de nueva cuenta la posesión y la derrota fue inevitable.

El mejor hombre de Miami fue James, quien terminó con 37 puntos y 12 rebotes; Duncan hizo 24 puntos y bajó 12 tableros.

“No me importa lo que se diga de mí, porque soy LeBron James, soy de Akron, Ohio, y se supone que no nca estaría aquí”, fue lo que dijo El Rey tras recibir el trofeo al Jugador Más Valioso de las Finales.

Spurs cayó con dignidad, pero el basquetbol de hoy es de velocidad, y allí domina Heat, el campeón.

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