Ya sea sobre el terreno de juego o en el banquillo de suplentes, Cuauhtémoc Blanco Bravo (Distrito Federal, 17 de enero de 1973) siempre aprovecha los segundos previos al silbatazo inicial para dar las últimas indicaciones a sus compañeros. Jamás le ha preocupado que deba predicar con el ejemplo. Está consciente de que así será.

Genuino líder dentro y fuera del lienzo verde, el ‘Temo’ también cuenta con una faceta tímida, revelada por el hombre al que su talento maravilló —hace poco más de un cuarto de siglo— durante un certamen en el que el hoy ídolo jugaba para la selección de la delegación Azcapotzalco.

“Es un tipo medio introvertido, porque todos creen que toma iniciativa en muchas cosas. Cuando lo conocí, hablaba poco, pero en la cancha hacía lo que nadie”, recuerda el visor Ángel ‘Coca’ González. “Es el gran amigo que pelea por sus compañeros”.

“Aparte del gran jugador que es, como ser humano luchó por sus compañeros, hacía buen vestuario y muchos amigos... También enemigos. Es un gran líder”.

Lo que explica el gafete de capitán en su brazo derecho durante gran parte de la odisea que terminará esta noche. Quienes lo conocen, aseguran que era por su talento, pero también a causa de la influencia que suele tener en los grupos, sin importar quienes lo integren o el club que sea.

Criado en el barrio de Tlatilco, el genio de desgarbada figura no sólo pierde los estribos cuando sufre diversas patadas, se siente perjudicado por los árbitros o el adversario intenta mancillar su honor. Las marcadas diferencias socioeconómicas también le ponen la sangre a punto de ebullición.

“Es una gente muy sensible, caritativa, le gusta muchísimo ayudar al prójimo, sobre todo a la gente que lo necesita, no le gustan las desigualdades... Es un tipo lleno de virtudes, las cuales son buenas para el deporte y la vida”, comparte Germán Villa, amigo suyo desde que se conocieron en las fuerzas básicas del América. “Se retira un excelente ser humano, futbolista, ícono nacional y mundial, porque muchísima gente lo conoce, pero todo tiene un principio y fin”.

Blanco se va tranquilo con lo realizado, pero sobre todo por las amistades y ese concepto que tienen de él quienes verdaderamente le conocen.

“Dejo buenos amigos”, presume, en entrevista con Fox Sports. “Todos los compañeros que tuve me tienen un gran cariño, porque —a final de cuentas— soy un gran ser humano”.

Después de jugar la final de la Copa contra el Guadalajara, Blanco dirá adiós al medio en el que se hizo inmortal y, para mañana por la tarde, ya fungirá como candidato a la alcadía de Cuernavaca por el Partido Socialdemócrata de Morelos (PSD).

Será entonces cuando, según la ‘Coca’ González, demostrará todos los valores con los que creció.

“Todo el pueblo está ávido de gente que nos represente bien, porque la imagen del político está tan manchada”, afirma el visor. “Si él pone en puestos clave a gente que haga bien las cosas... No es un gran orador, pero no va a robar”.

“Podría ser el buen alcalde, ya que sabe las necesidades del pueblo, del deportista, estudiante, familias. Hasta en eso va a triunfar”.

Sentencia que realizó a finales de la década de los 80, cuando fue deslumbrado por un chico que jamás demostró miedo en la cancha.

“Se retira el jugador más completo en la historia del futbol mexicano, pero también estoy preocupado porque no hemos encontrado a alguno que se le acerque”, sentencia. “Ahí está [Héctor] Herrera, pero Cuauhtémoc tiene condiciones especiales, además de que es un gran ser humano”.

“A veces, es tanto su deseo de triunfo, que llegó a hacer cosas que lo llevaron a lo más alto. Además de gran ser humano, es líder, buen compañero. Otros son buenos técnicamente, pero líderes como él, muy pocos... Casi nadie”.

Pese a que, a veces, también se muestra reservado.

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