PUEBLA.— Brincó como si nunca antes hubiera brincado; remató como si nunca antes hubiera rematado.
Consecuencia: gol.
Resultado: Puebla vuelve a la victoria e ilusiona a su afición en la nueva etapa de Manuel Lapuente como director técnico.
Un gol agónico de Luis Miguel Noriega, un remate con la cabeza en tiempo de compensación, le dio a La Franja su primer triunfo en el torneo, su primera victoria en la nueva era de Manolo Lapuente, ante Santos por 2-1. Triunfo que rompe el paternalismo lagunero sobre los poblanos, ya que desde hace ocho años no podían derrotarlos.
No fue sencillo, aunque parecía fácil decirlo.
Santos fue un rival de prosapia, que mandó durante la mayoría del juego, y que si el futbol fuera justo, se debió ir por lo menos con un empate, pero no, ahora los dioses le concedieron el don de la fortuna a los poblanos, que actuaron según su estilo, según el estilo Lapuente: mucho orden, mucha lucha, y no dar balón por perdido.
Félix Borja aprovechó un error de la zaga lagunera para abrir el marcador. Santos, herido en su orgullo, luchó por el empate, y Oribe Peralta, quién más, aprovechó un rebote en el área para igualar.
Santos se fue encima por los tres puntos, pero El Mostro Álvarez y los postes se lo impidieron.
El tiempo pasó y el empate parecía sería lo más justo para ambos, pero el último minuto y más si es de compensación, también tiene 60 segundos y en el último minuto llegó Luis Miguel Noriega, el hijo pródigo que regresó y regresó con gol, gol de triunfo, gol de victoria, gol de tres puntos. El lapuentismo está más vivo que nunca en Puebla y La Franja parece que pronto se olvidará de los malos tiempos; en tanto que Santos tiene un estilo que gusta y agrada, pero la realidad es que al técnico portugués Caixinha, aún no le salen las cuentas, no basta con agradar, hay que ganar.