El “imperio” de los mexicanos en Europa estuvo gobernado en 2015 por un jugador de melena de chinos, 1.74 metros de estatura y zurdo. Personaje de nombre Andrés Guardado, quien conquistó Eindhoven hasta convertirse en el jugador más aclamado del PSV.

“Es un futbolista muy querido en nuestro club y por nuestros fans. Es humilde y atento con todos, porque se toma fotografías y da autógrafos. Se puede decir que ha superado el cariño que se le tenía a Carlos Salcido y al ‘Maza’ Rodríguez. Es de las máximas estrellas del plantel”, consideró Thijs Slegers, jefe de prensa del conjunto “granjero”.

Si bien Javier Hernández ha tenido un segundo semestre del año que ha robado reflectores con 19 goles desde que fichó por el Bayer Leverkusen, Guardado tuvo la regularidad de su lado.

El tapatío sumó tres mil 494 minutos con un par de goles en estos 12 meses. Conquistó la Eredivisie y la Supercopa holandesa con el PSV en la temporada 2014-15. Fue galardonado como el Jugador Más Valioso de la liga tulipán.

“Para convertirse en un mito en Eindhoven deberá ganar algunos campeonatos. La expectativa con él es que pueda ayudar al equipo a lograrlo en el tiempo que esté aquí”, aseguró Slegers.

En la memoria del canterano del Atlas quedará aquel momento del 15 de marzo en el que la tribuna del Philips Stadion, casa del PSV, le dedicó un enorme mosaico con la bandera de México y la leyenda “Andrés Guardado, eres nuestra Águila de Oro mexicana”.

“Estoy sin palabras. Es lo más bonito que me ha pasado en una cancha de futbol! Muchas gracias amigos”, expresó el volante.

El ‘Principito’ había llegado a préstamo con el conjunto holandés procedente del Bayer (pertenecía al Valencia), pero se pagaron los 2.9 millones de dólares para hacerse de sus servicios. El cambió terminó por valer la pena.

El año de José Andrés se complementó con su actuación con la Selección Mexicana. Se convirtió en el capitán ante la ausencia de Rafael Márquez. Marcó goles fundamentales y cargó con el peso del Tri en los momentos más álgidos de la pasada Copa Oro.

Su 2015 queda para recordar.

Ochoa, el contraste. Mientras Andrés Guardado gozó de un año memorable, Guillermo Ochoa se mantuvo confinado en la banca del Málaga de España.

No participó en ningún juego de liga y su actividad se limitó a 540 minutos en la Copa del Rey. No se movió de club en el mercado veraniego y hasta perdió la titularidad en la Selección Nacional.

Situación parecida a la de Alan Pulido, quien se ha aferrado a mantenerse en la Liga de Grecia. Protagonizó una telenovela con los Tigres, pero su juego fue marginal: un gol en 545 minutos.

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